Familias

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El destino, aquella inexplicable fuerza, nuevamente haciendo de las suyas para hacer sentir a Jimin un miserable ser, haciendo lucir su poderío, su dominio en sus vidas. Jimin caminaba cabizbajo al lado de Jungkook quien podía sentir su pesar y también estaba consternado ante las noticias. Volvieron a la oficina y ahí el chico se deshizo en llanto dejando salir sin querer sus feromonas amargas por la tristeza. Su esposo le iba a decir que no lo hiciera, que siguiera lo que había aprendido con el doctor Jung sobre evitar soltar su olor, pero prefirió no reprenderlo y simplemente lo abrazó tratando de atenuar las notas de durazno fermentado con las suyas. 

Pasaron un rato así hasta que dejó de sentir los espasmos del llanto. -El destino me volvió a hacer una mala jugada, yo que ya estaba cediendo a la idea de ser tu omega, de tener un cachorro tuyo, de volver a trabajar y ser feliz y mira con qué me sale- 

-Jimin, es solo temporal, ambas cosas se van a solucionar. No reclames al destino porque éste también te llevó a mi y cuando sea tiempo, nos regalará a esos bonitos cachorros- 

El chico lo miró sobresaltado -¿Esos cachorros? Jungkook ¿tú también los has visto?- él tenía sus facciones grabadas en su mente y corazón. 

-Bueno, no sé exactamente cómo eran, pero ayer estaba pensando en que deseaba saber si tú quisieras cachorros conmigo, cerré los ojos un momento y vi que yo te estaba besando mientras dos niños, uno de cabello negro y otro rubio corrían en el jardín de la mansión.

-¡Por la luna! Es lo mismo que yo sueño, es una premonición. Desde que me presenté soñaba con eso y cuando te conocí, supe que eras el pelinegro al que solamente le veía la espalda. Cuando nos casamos, volví a soñar, pero volteabas y al fin comprobé que en efecto eras tú el alfa de mi premonición- estaba impactado. 

Jungkook lo besó -¿Aún así no crees que el destino es bueno? Todo llegará a su tiempo y seremos una bella familia- sonrió y se abrazaron -Hablando de familias... tenemos que ir a la cena con tu padre y hermano- Una mueca fue la respuesta al escucharlo y se puso a reír -Ya sé, no es nada grato, pero más bien vamos a visitar a mi suegro- ambos sonrieron. 

El teléfono de la oficina sonó y contestó. Era el doctor Jung -Doctor Jeon, disculpe le llame cuando apenas hace unos minutos estuvo aquí, pero se me acaban de ocurrir algo. Jimin-ssi necesita entrenar su lobo y saber cómo ser omega pero no hay nadie que lo apoye entonces, tengo a alguien perfecto para esa labor. Se trata de mi padre omega, él es muy sabio y gusta de ayudar a otros omegas como él a encontrar su valor, a reconciliarse consigo mismos. Verá, él tuvo una juventud bastante difícil y desea evitar a otros estos problemas por lo que se dedica a dar pláticas y terapia, como un psicólogo pero sin el título. Ya sabe, cosas de castas que le impidieron estudiar propiamente- tomó aire -Además, así su esposo no estaría solo en casa, ya ve que me dijo que esa era otra de sus preocupaciones- 

El doctor Jeon sintió que se le iluminaba el horizonte -Perfecto doctor Jung, es una gran idea. Estoy seguro que a Jimin también le gustará ¿A partir de cuándo podría?- hizo una pausa -¿Mañana? Excelente, muchas gracias. Me indica hora y los honorarios- y colgó. 

-¿Qué sucede? ¿Qué dice el doctor Jung? 

-A partir de mañana, vas a tener un curso de cómo dominar tu lobo con nada menos que con su padre omega. Confío en que esto te va a hacer de mucho bien, así además no estarás solo mientras esperas mi regreso y quizá todo pueda marchar mejor y más pronto serás uno con tu omega y podremos encargar al primer cachorro- se abrazaron felices de la buena nueva. 

-Oye por cierto ¿Y no tienes algunos amigos beta y omegas que quisieras invitar a pasar la tarde contigo otros días. Ya sabes, noche de omegas y esas cosas

Te reto a cambiar el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora