CAPÍTULO VEINTISIETE

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SANHA.....

En dos días Alessandro había logrado romper el récord a la persona que más ansiedad me había generado en la vida, superando a la vez que Alex desapareció, aunque sean hermanos ambos tienen el cerebro desarrollado de manera diferente. Por un lado Alexandra consideraba las consecuencias antes de realizar cualquier cosa; Alessandro se llevaba por sus impulsos, algo que no puedo juzgar a profundidad ya que se ha demostrado que yo tampoco razono muy bien ante los problemas, pero no estamos hablando de mí sino de él.

Miraba a través de la ventana una y otra, y otra, y otra vez esperando ver la silueta de Alessandro regresando al complejo pero ninguna persona que pasaba era él.

-Maldito idiota, ¿Quieres que rompa las reglas, verdad? -murmuraba para mí misma.

-Nunca te obligaría a hacer eso. -La voz de Alessandro hizo que brincara del susto.

-¿¡Dónde estabas tarado?! ¡Te he estado buscando por horas, imbécil! - lo golpeaba en el abdomen, el rostro, los brazos y en todo lado que pudiera para desquitar mi furia.

-La guardia me está buscando.

-Si pero tienes que esconderte de ellos no de mí.

-Si me veían contigo podrían ayudarme de traición y juzgarte por eso, lo hice por tu bien.

-Claro para ti es fácil estar parado ahí como si nada y decirme que me estabas cuidando cuando eres tú el que intenta poner en riesgo a todo un planeta.

-Es mi hermana, ¡¿acado no harías lo mismo?!

-No, prefiero sacrificar a uno para salvar a todos que matar a todos para salvar a uno. Además, no es seguro que Alex responda a la intervención, ¿qué pasará si eso la mata?

-Vine aquí para encontrar tu apoyo y solo recibo insulto y lecciones de moralidad. Esperaba que estuvieses de mi lado pero como veo que no lo harás, tendré que obligarte.

-¿¡Qué diablos estás hablando?! -Sentí mi cuerpo inmovilizarse. -¿qué.....qué está pasando...?

-Es la forma en que tu cuerpo reacciona a la penicilina.

-Eso es imposible....-mi cuerpo sentía un dolor espantoso, era como si todo se congelara por dentro. -Estás mintiendo.....

-Olvidas que eres híbrida, y la penicilina es una especie de kriptonita para ti.

-¿Por qué Alessandro? -suplicaba por una respuesta.

-Los guardias me matarán cuando entre a ese laboratorio, pero no le tocarán un solo pelo a la hija del Maestro. -Iba a decirle algo más pero perdí la conciencia.

ALESSANDRO.....

-Llévala con cuidado, pobre de ti si le veo un solo rasguño.

-No puedo creer tu sinismo. -Marcus soltó una breve risa y realmente me enojó.

-¡Hablo enserio! ¡Sanha es igual de importante que mi hermana, cuando termine todo debes asegurarte que sea atendida de inmediato!

-¡Recuerda que hago todo esto porque la mujer que está en esa habitación a punto de morir es la persona que amo, porque tú como mi amigo me estás defraudando! ¡NI TÚ NI SANHA ME INTERESAN!

-Que bueno que tienes tus objetivos claros, así no perderemos el tiempo. Vamos.

Marcus la cubrió con una manta roja que tenía sobre su cama y la cargo con el cuidado que había requerido.
Aún estando en un lugar de mayor "evolución" la mente seguía siendo el punto débil de las especies incluyendo la raza Elementi.

-Más te vale que esos guardias se queden quietos durante suficiente tiempo. -Confiaba en mis habilidades, al menos hasta ahora.

-Yo espero lo mismo. -susurré.

Coloqué a Sanha en una silla que había preparado con unos seguros diseñados para ella con el fin de mantenerla quieta.

-Prepara a Alexandra en la mesa, yo dejaré listo el equipo.

Más que algo tecnológico, era algo casi mágico, debía calibrar y sintonizar la energía de mi hermana con la mía y estar dispuesto a entregársela. Conecté los focalizadores en su pecho que es donde se inicia la creación del ser.

-Deséame suerte Marcus. -subí a la camilla pero fuimos interrumpidos por la alerta de seguridad. -¡INICIA AHORA!

-¡ESTÁN RODEADOS Y CUALQUIER MOVIMIENTO EN FALSO PODRÍA ESTAR EN SU CONTRA! -Advirtió Einar. 

Bajé de la camilla, y fuinpor Sanha que aún permanecía inconsciente.

-¡RETROCEDAN TODOS! -Se bajaron las armas pero no las alertas.

-¡No hagas esto Alessandro, eres la mano derecha de Krasto! ¿¡Qué caso tiene arruinar tu vida así?!

-¡ES MI HERMANA Y USTEDES LA QUIEREN DEJAR MORIR Y SI HACEN ESO ENTONCES ME LLEVARE A SANHA CONMIGO! -Sin darme cuenta mi "Flex" se encendió y envió un estímulo al cerebro de Sanha que hizo que saliera de su estado inofensivo por así decirlo.

-¡¿QUE CARAJOS?! -Estaba sobresaltada y lo primero que hicieron fueron enfocarlo con una luz para asegurarse de que estaba bien.

-¡SANHA QUÉDATE TRANQUILA, NEGOCIAREMOS TU RESCASTE!

-¡¿POR QUÉ HACES ESTO ALESSANDRO ?!

-¡NO TENGO OPCIÓN SANHA, ES MI HERMANA!

-¡Entiendo eso, pero lo solucionaremos, hablaré con papá!

-Ya no hay tiempo. -Regresé a la camilla y Marcus le dio al botón de inicio.

SANHA......

-¡¿Van a dejar que se mate?! ¡EINAR HAZ ALGO!

-Lo siento pero el protocolo me indica que tengo que dar la orden de evacuar. -Todos salieron del edificio y en segundos se sentía el vacío del edificio.

-¡NO PUEDE SER! -Marcus dejó de lado los mandos y corrió hacia Alessandro.

-¿¡Qué pasa?!

-¡Sus niveles están subiendo y bajando con rapidez si sigue así ambos morirán!

-El choque de energías puede convertirse en opuestas y destruirse. -murmure al recordar mis lecturas de física en el colegio. -¡Suéltame Marcus!

-¡Alessandro me dio la orden de no hacerlo!

-¡Idiota sé como salvarlos, suéltame! -Dudó unos segundos pero lo hizo.

Fui hasta ellos y arranqué de sus cuellos el collar de la piedra y lo coloqué uno en cada mano.

-Cuando te diga vas a apagar las máquinas. -Concentré mi energía en mi piedra. -¡HAZLO!

Cuando se apagaron las máquinas entrelace mis manos con la de ellos manteniendo en el medio las piedras y la energía empezó a fluir de manera equitativa a ambos; cuando las tres piedras resplandecieron supe que era suficiente.

-¿Estás bien? No quiero que nadie me culpe de tres muertes. -Marcus lucía pálido y asustado.

-Me siento bien, un poco mareada, pero nada más. Revisa sus niveles de energía. -obedeció.

-Su estado es normal. -Sonrió.

-Coloca los soportes vitales y realiza un informe a detalle de cada uno para que lo revisen. -Marcus me abrazó y susurró en mi oído un "gracias"

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