CAPÍTULO NUEVE

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ALEXANDRA....

Los miércoles Sanha y yo nos reuníamos en las canchas de básquet para ir juntas al aula de computación y se estaba tardando demasiado, ya casi sonaba el timbre y ella no aparecía; estaba claro que se le había pegado algún virus maligno.

Por la noche intenté comunicarme con ella pero los mensajes seguían sin llegarle, como si algo interrumpiera la señal de su teléfono; se lo comenté a mi hermano pero no le tomó importancia y siguió en sus notas, tal vez solo estaba experimentando la histeria en otro nivel.

-Es solo un día, no siempre tiene que responderte. -me dije varias veces mientras rodaba de un alado a otro en la cama pero desperté por tres semanas con la misma incertidumbre del no saber dónde se había metido.

Alessandro se negaba a ayudarme así que tuve que forzarlo de la única manera que puedo. Me colé en su habitación antes de que despertara y suavemente formé un ligero viento entre mis palamas para moldearlo y volverlo más fuerte.

-¿¡Qué te pasa Alex?! -Alessandro quedó suspendido en medio de un remolino de viento.

-Necesito tu ayuda hermano, Sanha es mi..

-¡Ya sé que es tu mejor amiga, pero yo que tengo que ver!

-Que eres el único que puede meterse en la mente de las personas.

-¡Bájame o te arrepentirás!

-La tierra también puede ser arrastrada por un tornado, no lo olvides. -Hice más fuerte la corriente.

-¡Te ayudaré!  -desvanecí el viento y mi hermanito cayó en el suelo sobre su trasero.

-Perdón, no calculé bien.


ALESSANDRO...................

Las primeras horas de clase pude estar libre de la cantaleta de mi hermanita, pero en el receso, me llevó a rastras hasta inspección para averiguar sobre Sanha.

-¿No crees que sería mejor que mantengas la calma? -murmuré.

-¿¡Y qué tal si le pasó algo?! -respondió en el mismo tono.

-Lo único que le puede pasar a esa bruja es que le secuestre el diablo, y ni eso.

-Deja de balbucear tonteras y vamos. -me empujó hasta estar frente a la inspectora.

-Buenos días Licen. -saludamos.

-Hola chicos, ¿en qué les puedo ayudar?

-Es que Sanha ya ha faltado casi un mes y quiero saber la razón.

-En eso si no les puedo ayudar, ¿por qué no le llamas y ..... -Puse mi mano sobre la de ella para tener su atención y meterme en sus pensamientos.

-Ahora licen, díganos lo que pasa con Sanha.

-Fue a pasar unos días con la familia de su padre. -era su mente la que hablaba.

-Gracias. -la saqué del trance y nos fuimos hasta la pista de atletismo esperando que haya menos aglomeración de estudiantes

-Ves, nadie se llevó a la histérica.

-No le digas así. -golpeó mi brazo. -Lo que la inspectora dijo me dejó pensando aún más.

-¡¿Y ahora qué?!

-El padre de Sanha está muerto y por lo que me contó, no tenía ningún contacto con su familia paterna, ¿por qué de la noche a la mañana se va a visitarlos?

-Su vida, su problema. No tenemos que meternos, pero como ya te conozco, de seguro estás pensando en algo más, ¿o me equivoco?

-Lo dices como si fuéramos a cometer algún crimen. -se quedó callada un rato. -No se me viene a la cabeza algo que podamos hacer. -Por suerte sonó el timbre y regresamos a clases.

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