Los Elementos

CAPÍTULO VEINTIDOS

Alessandro.....

La pequeña hija de Krasto que por años estuvo muerta yacía dormida frente a mí, aquella a la que siempre odie por su mal carácter y personalidad es ahora a quien debo proteger. No he recibido ninguna petición especial para hacerlo pero Helena habría querido que lo haga en especial sabiendo que el elemento fuego corre por sus venas.

Una noche mientras estaba en la habitación de Sanha, Einar trajo una vitamina compuesta solo de fósforo para inyectarla, todos buscaban que sus defensas subieran, en otras palabras, teníamos que encender su llama.

-Jamás había conocido a un elementi de fuego. -Comentó Einar.

-La mayoría se extinguieron, el hermano de Krasto fue uno de los últimos, cuando lo asesinaron no quedaron más. Todos pensamos que sería imposible volver a ver a uno y  mira, aquí esta Sanha. -Un impulso me hizo acariciar su cabello como si de un niño se tratase.

Las manos de Einar temblaban por los nervios así que tomé su lugar.

-Tranquilo, yo lo haré.

-Gracias. -fue a sentarse en un sillón que estaba cerca de la puerta. Tomé su brazo y canalicé su vena, si funcionaba su cuerpo emitiría un brillo naranja que indicaría que la vitamina está en su cuerpo.

-¡Wow! ¡Qué bonita luz! -murmuró asombrado.

Tenía razón, se veía como un hada en el bosque; quise mirar más de cerca la dulzura de sus ojos pero al acercarme pude presenciar el despertar de un dragón.

Intempestivamente Sanha se levantó de la camilla y se soltó de los soportes vitales.

-¿¡DÓNDE ESTÁ MI PADRE!? -Tomó a Einar por el cuello de la camisa.

-¡CÓDIGO 45-ALPHA! -Gritó por el comunicador; esto solo la enfureció más y alzándolo en una llama de fuego lo tiro lejos de su vista.

-¡NO LO REPETIRÉ NUEVAMENTE! ¿¡DÓNDE ESTÁ MI PADRE!? 

Las puertas de la habitación se abrieron y Krasto entró resguardado con un par de soldados que fueron calcinados en solo un chasqueo.

-¡SANHA, DETENTE! -Gritó su padre tratando de imponer orden. Sanha por su parte no dijo una palabra, pero lo encerró en un círculo de fuego junto con ella.

-Sé lo de tu hermano, sé lo de mi hermana, sé tu pasado. Sé que dejaste morir a mi madre.

-Eso no es cierto hija, yo la amaba.

-¡MENTIRA! -Lo atacó con una fuerza inigualable. -¡SI LA HUBIERAS AMADO NO HABRÍAS DEJADO QUE VENGA SOLA! -Otro golpe. 

-La cosas no son así. -Sanha envolvió su cuello con humo negro.

-Pagarás con tu vida la vida de mi madre. -No parecía mentir, de verdad quería matar a su padre; fue ahí que decidí intervenir e invoqué a mis poderes de tierra.

-¡BASTA SANHA, ESTA NO ERES TÚ! -Soltó a Krasto y vino por mí, no sería fácil vencerme, pues yo contaba con algo que ella no, experiencia en batalla.

-¡NO TE ATREVAS A DECIRME QUIÉN SOY, MALDITO MENTIROSO! -Me cubrí de sus llamas con una capa de arena.

-Aunque no lo creas te conozco mejor que nadie y sé cual es tu punto débil.

-Sí claro. -se mofó.

Su mente estaba desprotegida así que forcé a su memoria a recordar todo lo que había pasado desde su nacimiento hasta hoy. Unas cuantas lágrimas brotaron de sus ojos y poco a poco fue apaciguando el fuego. Más soldados entraron a la habitación junto con algunos médicos que revisaron el estado de Krasto y Einar.