Se supone que esto sería un secreto, pero al diablo, de todas maneras nadie cree en "enanitos verdes" supongo porque nunca se vieron así; eso no viene al caso pero aquí va la verdad que nunca dejarán que sepan.
Nací en una ciudad llamada Bakersfield pero a los pocos meses mi madre decidió mudarse a un país cuya línea imaginaria le daba su nombre, Ecuador. He vivido en una de sus pequeñas ciudades.
Rodeada de montañas y ríos con tradiciones únicas, tenemos a Otavalo, ¿sabían que Atahualpa tenía uno de sus templos justo aquí? bueno tal vez no sepan quien es pero hagan de cuenta de que era una especie de mensajero. Pueden buscar en Google, no pienso ser su enciclopedia; hablando de eso, recordé que aún no me presento.
Sanha Clover, dieciséis años; mucho gusto. ¿Porqué ese apellido? pues tal vez sea porque esa el apellido de mi padre o no sé, jamás lo conocí y mamá no habla de él.
En el colegio todos me dicen "Nostradamus" creo que a este punto todos ustedes ya descifraron el porque.
Es normal que las personas tengan sueños con algún momento que ha guardado su subconsciente, en mi caso, veo visones del futuro que muchas veces son claras y en otras tengo que descifrarlas, nadie me ha molestado por eso, solo les asusta un poco y de vez en cuando puedo sacar algo de dinero intentando ver con quien los engaña su pareja o que tal les va en calificaciones.
Al único que le parece estorbar mi presencia es a mi enemigo declarado, Alessandro Helly, diecisiete años, extranjero del norte de Canadá, es extraño pero su apellido se parece mucho a lo que el hace de mi vida "infierno"
La constante batalla entre los dos se ha dentro como fuera de las aulas; en clase ambos competimos con nuestros cerebros, algo así como si Einstein peleara con Tesla por saber quien es el mejor genio de todos los tiempos. Alessandro es una computadora con cara de asno que ha logrado los mejores promedios a nivel provincial, por otro lado estoy yo, lectora compulsiva de las ciencias, exploradora temeraria y memoria sin igual.
Las tareas son una forma egoísta de hacer que los profesores se sientan superiores frente a sus alumnos al enviar textos sin sentido con una respuesta de dos palabras ocultas en el enunciado del mismo, rechacé este sistema hace años y al ver mi resistencia optaron por un método más cómodo de probar que lo que sabía era real.
-Mañana me entregarán un organigrama de la pag 102-103-104 y 105. Y usted señorita Claver, deberá exponer las desventajas de estos temas en un solo minuto.
-Si quiere se lo recito en este momento y nos ahorramos la vergüenza.
-No puedes ni con el álgebra y esperas poder hacer eso. -se burló Alessandro.
-¿Quieres que te recuerde porqué yo si gané el campeonato de natación y tú no?
-Tuve un desgaste físico, sino te hubiera humillado.
-No es mi culpa que tu cerebro no pueda enviar las órdenes correctas a tu cuerpo.
-¡Cállense los dos o tendrán otra visita al rectorado! -reprendió el licenciado. Volví mi mirada al pizarrón pero mi dedo medio quedó hacia la vista de Alessandro.
-Sin obscenidades Claver.
-No lo es, es un lenguaje demostrativo de lo que siento por él. -Todos rieron.
-Vendrás conmigo en el recreo, me ayudarás a calificar algunas pruebas, si sigues con ese comportamiento la próxima vez el castigo será más severo. -Odiaba la forma en la que apuntaba a los alumnos con su tonto marcador azul.
Volvimos a la clase de biología, ¿Qué si tomaba apuntes? si quieres llamar apuntes a los miles de bocetos que tenía en el cuaderno entonces sí, tomaba apuntes. Lo hacía tan bien como Alessandro pasaba siempre pegado a su teléfono, o como Alex, mi mejor amiga, bostezando siempre.
El timbre suena y yo tengo que volverme la sombra del licenciado para ayudarle con un trabajo tan sencillo como calificar SUS ESTÚPIDOS EXÁMENES CON ESTÚPIDAS RESPUESTAS, pero bueno, quien soy yo para juzgar la inutilidad de los demás. No, no suelo ser un asco de persona, engreída y diva; solo no me siento en mi lugar, es absurdo pero no me hallo aquí.
Mis manos terminaron manchadas de tinta roja de tantos "cincos" que puse en las hojas; Alex prometió esperarme en el graderío del patio principal del colegio así que me dirigí hacia allá.
Generalmente en la vida de una adolescente no pasa nada de lo que se ve en el cine pero en esta ocasión parecía que estoy viendo alguna novela mexicana. Alessandro sostenía con fuerza el brazo de mi mejor amiga y parecía gritarle; ella era lo suficientemente valiente como para romperle la cara, lo malo, ella se estaba sumiendo. Que buen pretexto para pelear con él.
-¿Ahora te sientes valiente? -El paliducho le soltó el brazo a Alex, ella retrocedió algunos pasos.
-Esta conversación es entre ella y yo. -Describamos a Alessandro Helly en dos palabras, pálido y alto. Yo diría que es una imitación de "Slenderman" (no diré quién es, solo búsquenlo y me darán la razón) Cabello y ojos negros, "el tipo perfecto para un libro" para mí no, he imaginado mejores personajes.
-Dejó de serla cuando le gritaste.
-¡Quítate o lo haré yo mismo! -puso sus manos sobre mis hombros apretándolos. Levanté mi mano y le di una cachetada.
-No vuelvas a ponerme tus manos encima. -Lo golpee con la mano izquierda ya que en ella siempre portaba un anillo, el resultado salió mejor de lo que pensé. Rasguñé su mejilla.
-¡Eres una maldita hija de pu...! -El puño de Alessandro se preparó para golpearme, cubrí mi rostro cruzando las palmas de las manos frente a mi rostro, su furia se descargó contra estas. Perdí el equilibrio y caí de trasero.
-¿Qué es eso? -En el suelo se empezaba a sentir un tipo de vibración, como anunciando un terremoto, el cielo hizo otro tanto al oscurecerse y llamar a los truenos.
-Lo siento, no sé lo que pasó por mi cabeza al querer golpearte. -El pelinegro extendió su mano para ayudarme a levantarme. No la acepte.
-Hubiera sido mejor que me golpearas, tendría una razón mas para odiarte.
-¿Se lo dirás a la inspectora?
-Quedará entre los tres, si alguien mas va con el chisme, entonces lo negaremos. -Se arregló el cuello de la camisa y se fue hacia los pasillos del edificio estudiantil.
Hace unos dos años cambié la cómoda habitación del segundo piso por un espacio bastante grande en el ático, además me ofrecía una enorme ventana en el techo donde coloqué mi cama, cuando el cielo no estaba nublado tenía una hermosa vista al firmamento. Un escritorio con la computadora y libros en una esquina, el armario con espejo incluido en la otra, algunos zapatos en una estantería y tenía mas que suficiente.
Intentaba dormir lo mas temprano posible pero a veces era inevitable cunado me costaba concentrarme en la tarea que tenía que hacer; esa noche dormí alrededor de las 11 de la noche. Las luces encendidas eran un rotundo no al momento de mi descanso, y en ese día se me hizo extraño que mi madre haya hecho esto, parecía que hubiese encendido la casa con reflectores.
-Ma, por favor podrías apagar las luces, quiero dormir. -me cubrí con las cobijas pero el brillo no desaparecía.
-Bien, debe estar dormida y lo olvidó. -me senté en la orilla y vi hacia la puerta que aún conservaba su sombra, eso quería decir que la luz provenía de otro lugar, y así fue. La luz me bañaba desde fuera de mi ventana.
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Los Elementos
Science FictionLA LARGA BÚSQUEDA DE TRES CHICOS LOS LLEVA HASTA SANHA, LA ÚNICA QUE PARECE TENER LA CLAVE PARA ENCONTRAR EL QUINTO ELEMENTO. ACOMPAÑA A NUESTROS PROTAGONISTAS EN UN VIAJE DE MISTERIOS, ROMANCES Y PODERES SOBRENATURALES.