Los Elementos

CAPÌTULO TREINTA Y DOS

ALESSANDRO...........

Intentaba buscarla por todos lados pero era como un ratón huyendo del gato, y si no quería ser encontrada pues no lo sería; Alex tampoco ayudaba demasiado, se negaba a llamarla. 

Había caminado casi todo el planeta y estaba cansado, harto, enojado y lleno de impotencia por no poder explicarle este huracán de emociones, ¡¿Cómo le explicas a alguien que crees que estás enamorado de ella?! Bueno es fácil en contextos normales pero Sanha no está dentro de lo normal y ese es mi principal lìo.

Me sentè en las banquetas del mercado; analizaba cada lugar en el que podrìa estar metida. Al estar tan metido en mis pensamientos no notè la presencia de Marcus.

-Si quieres joder es mejor que busques a alguien màs. -Mi voz sonaba arisca, tosca y molesta.

-Y yo que te traìa noticias de tu graaaaaaan amor. -Dijo con malicia. Lo tomè de la solapa de su chaqueta gris mientras lo sacudìa con agresividad.

-¿¡DÒNDE ESTÀ?! ¡RESPONDE! 

-Si me dejaras respirar podrìa decìrtelo. -Lo soltè, respirò hondo para recuperar el aliento. -Està en el templo abandonado.

-¡Sè màs especìfico! ¡¿Cuàl de todos los templos?! -Estaba demasiado alterado para ser razonable.

-Fuera del distrito te encontraràs con un camino bloqueado por pilares viejos, bajaràs la colina y detràs de una cortina de hierbajo la veràs sentada en un bordillo.

-Ok, creo que lo tengo; ¿còmo conoces ese lugar? 

-Pues digamos que es un asunto ìntimo. -se sonrojò.

-¿Tiene que ver con mi hermana? -preguntè con la sospecha de que asì fuera.

-Sì, pero fue hace algùn tiempo, ella y yo conversábamos y sucediò.

-¿¡TE ACOSTASTE CON MI HERMANA?!

-Eso se escucha vulgar. -refutò.

-¡¿SÌ O NO?! 

-Sì pero yo.........

-Después me darán una explicación, y agradece que no te mate porque tengo alguien a quien encontrar.

SANHA............

El Templo del Silencio, uno de los tantos templos dedicados a la primera esposa de mi padre que habìan sido abandonados asì como su recuerdo. Un matrimonio que trajo enemistades, pero que dejò un precioso lugar al cual escapar. 

Durante uno de mis entrenamientos notè que un movimiento extraño del agua en mis manos y al mover ligeramente los dedos esta se moviò con ellos, descubriendo asì que tenìa cierta influencia con este elemento.

El pequeño riachuelo del lugar parecìa entenderme cuando le hablaba sobre lo sucedido, de cierto modo abrazaba mis dudas. ¿Què estaba pasando? 

-Jhon no puede estar enamorado de mì, es solo un amigo, y ni eso la verdad porque tiene algunas cositas que me molestan pero ¿y si siente algo por mì? -Mi monòlogo fue interrumpido por una voz masculina.

-Es obvio que se enamorò de ti, y eso es lo que me molesta.

-¿Què haces aquì Alessandro? ¿Còmo llegaste? -preguntè anonadada por su presencia.

-¡LITERALMENTE ESTUVE BUSCÀNDOTE HASTA DEBAJO DE LAS PIEDRAS Y AL FIN TE ENCUENTRO! -Alessandro  saltò al agua, se acercò a mi, puso sus manos en mi rostro y me besò con una desesperaciòn asfixiante, al inicio no rechacè la acciòn, pero luego regresè a mis 5 sentidos y lo empuje provocando que cayera sobre mi trasero. Alessandro me ofreciò su mano pero la rechacè.