Ochenta días | yosoyPlex y adridobylus

26. Ciao Bali

Capítulo 26
Ciao Bali

Sus dedos juegan con los abalorios de mi pulsera. Siempre la llevo puesta, sin embargo, este gesto es nuevo.

Curioso.

Me adelanto a su movimiento y entrelazo nuestras manos. No se a que estamos jugando, pero somos mayores como para andar con tonterías.

Si me quieres dar la mano, me la das.

—Supongo que Nemo no esta tan mal.—susurra Dani contra mi pelo. Estamos acurrucados en el sofá, yo en su pecho y él con la barbilla sobre mi cabeza.—Dory no me termina de convencer.—se queja.

De vez en cuando deja pequeños besos en la raíz de mi pelo.

Me derrito por dentro, no me oculto. Una no es de hielo y un poco de cariño no le hace daño a nadie, por mucho que yo sea todo lo contrario a eso.

Vale que vaya de malota de vez en cuando, pero por dentro soy un amor.

Aunque Borja diría lo contrario.

Hombres.

—Dory me pone de mal humor.—bostezo.—Es muy mona pero no entiendo porque la hicieron tan tonta.

—Se parece a ti.—bromea. Giro la cabeza para enfrentar mi mirada contra la suya.

Bromas las justas.

Estoy a punto de insultarle, pero sin saber cómo, nuestras bocas están juntas de nuevo. La segunda vez que pasa.

Ups.

Ahora ya no están los nervios de la primera vez. Le beso con confianza y no me sorprendo cuando mueve su cuerpo para que quede encima de él, mi pecho sobre su pecho. Los latidos acelerados de su corazón le delatan.

Esta situación le gusta, pero vaya que a mi también.

No me escondo.

Sus manos bajan hasta mi culo, sujetándolo con firmeza pero sin que llegue a ser agresivo.

¿Quién diría que Plex tenía un lado así? Muerde mi labio delicadamente ates de separarse de nuevo.

Dios.

—Vamos a tener que echar para atrás la película, que me he perdido un poco.—bromea.

Yo si que estoy perdida.

Me despierta el ruido de una puerta y un muy sonoro shhhh, que sin duda viene por parte de Borja.

Hasta borracho es el padre del grupo.

—Vamos a despertar a Alicia y Plex.—les regaña a los otros dos, que me imagino se están quitando las zapatillas.

No por favor, tufo a pie de Jopa no.

Me despego de Dani, intentando no despertarle, y camino hacia el recibidor. Ahí es donde esta el trio calavera.

Enciendo la luz, haciendo que los tres se giren hacia mi y se den cuenta de que les estoy mirando con cara de "me acabáis de despertar pedazo de imbeciles."