33. Aloha Hawai'i

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Capítulo 33
Aloha Hawai'i

—Ali, ¿vienes?—Adri está en la puerta de la habitación. Parece que por fin se ha despedido de su amada y nos vamos a poner a editar.

Ya va siendo hora, porque estaba empezando a quedarme dormida después de todo el día de hoy.

Grabar y editar cansa mucho. Y ya llevamos mas de un mes haciéndolo.

Parece ayer cuando me les encontré en un avión camino a Tanzania.

—Voy.—agarro el portátil de la mesilla de noche y salgo sin hacer ruido de la habitación. Lili lleva un rato dormida.

En silencio vamos a las mesas de siempre, ya es costumbre para nosotros editar en un sitio así. Es verdad que hubo una racha en la que lo hacíamos juntos en la cama, pero ya no.

Uy como ha sonado eso de mal.

Alicia céntrate.

—A ver si no se nos alarga mucho la cosa.—comenta Adri abriendo Premier. Por suerte Plex nos ha dejado ya los vídeos cortados, así que no debería ser mucho tiempo el que necesitemos.

—Ha sido tu culpa que estemos editando a estas horas.—pensaba que después de pelearme con pintura, igual tenía un poco menos de rabia dentro. Pero ha quedado claro que no.

Soy una chica emocional, ¿qué le hago?

—Lo sé, ya no digo nada entonces.—replica.

Bueno, ¿esas vamos a tener?

Soy una orgullosa, no lo voy a negar. Pero tampoco me gusta estar constantemente pelando con Adri. Y es lo que llevamos haciendo desde que hemos llegado aquí. La situación está empezando a salirse de control.

Todo por culpa de mis celos, y del comportamiento de Adrián, que podría ser un poco mas disimulado.

—No se trata de eso.—suspiro.—Se trata de que entiendas mi situación. Ya sabes que estoy confundida, creo que es lógico que verte tontear con Paula me duela.

Vamos, no estoy diciendo ninguna barbaridad.

—De la misma froma que me sentí yo cuando te vi besarte con Plex.—me responde.

Touché.

Vale sí, pero de eso ya hablamos. Salí corriendo detrás de él para algo.

—Ya te lo explique.

—Que me lo explicaras no quita que me doliera. Y en esa misma conversación quedó claro que no somos nada, que cada uno puede hacer lo que quiera.—sopeso sus palabras un segundo antes de responder.

Lo que dice no es mentira. Entiendo lo que me está tratando de decir. Pero joder, por mucha lógica que tenga eso no hace que mis sentimientos sean un uno por ciento más fáciles de digerir. Verle con ella sigue sentándome como una buena patada en la espinilla.

O dos.

—Ya.

—Yo no quiero hacerte daño aposta Ali.—me sorprende que esas palabras salgan de él. No porque piense que sea mentira, sino porque Adri nunca nunca habla de sus sentimientos.—¿Pero cómo lo hago?

—¿Cómo haces el que?

—Yo también tengo sentimientos. No puedo hacer nada al respecto.—se encoge de hombros.

No termino de entender lo que me quiere decir, a veces parece que me habla en otro idioma totalmente.

El idioma de los hombres debe ser.

Ochenta días | yosoyPlex y adridobylusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora