Ochenta días | yosoyPlex y adridobylus

71. Roma

Capítulo 71
Roma

Si Paris es la ciudad del amor, ¿Roma al revés qué es? Chiste malo, tanto que ha habido que explicárselo a Adri. El pobre estaba grabando la intro con Paconi y Plex y al final hemos acabado riéndonos de él de forma masiva. Su excusa ha sido la falta de sueño.

Excusa de mierda, pero que a estas alturas del viaje cuela. Estamos tan reventados que lo único en lo que podemos pensar es en la siesta que nos vamos a meter en cuanto lleguemos a España. Ya solo queda una semana más de viaje.

Nos hemos levantado bien temprano, por suerte el hotel estaba a tiro de piedra del aeropuerto de Helsinki y nuestro único conflicto ha sido esperar a Jopa, que ha tenido que sacar las cámaras y el trípode. Los ordenadores sorprendentemente han pasado sin problema, así que el cámara se ha quedado solo mientras le revisaban que no llevara droga escondida en vez de baterías.

El vuelo lo hemos dormido del tirón. Adri me ha dejado su antifaz de los ojos de Pepe y he podido descansar las tres horas y media que hemos tardado en llegar a Roma. La ciudad nos ha recibido soleada, y a la hora de la comida, lo cúal para nosotros ha sido ideal.

—¿Pizza o pasta?—pregunta Borja cuando bajamos las escaleras del hotel. Le han encargado buscar un sitio decente donde comer que no sea ni muy caro ni muy cutre y que además sea comida tradicional. Está entrando el colapso el pobre.

—Yo soy más de pasta.—le dice Lili, que ha cogido carrerilla bajando los escalones y ha llegado a nuestra altura antes de que nos demos cuenta.—Imagínate unos espaguetis con pesto.

—Pues yo prefiero pizza.—comenta Adri. Por lo que sea, eh Adri. Nada que ver con tu broma telefónica que ya se ha hecho viral en Tiktok.

Entre los tres desde luego que poco estamos ayudando al pobre Borja. El chico me mira angustiado.

—Seguro que hay algún lugar que ofrezca de las dos.—termino diciendo, en un intento por facilitarle la decisión al moreno.—Mira, ese no se ve mal.

—Que dices Ali, si tiene pinta de que van a vender tus órganos en el mercado negro.—Jopa se asoma por encima de mi hombro.—Bof, pero la comida tiene una pinta bombísima.

—Por mi como si se quieren quedar mi riñón.—miro al editor con el rabillo del ojo. No termino de entender como puede soltar semejantes barbaridades por la boca y quedarse tan a gusto.

—Que si Adri, que si.—Plex le da un golpe el la gorra, haciendo que esta se descoloque. Su amigo no se queda atrás y todo el camino hacia el restaurante lo hacen así, en una pelea continua de niños de tres años. Digno de ver, sin duda.

Diría que los italianos están flipando con su comportamiento, pero no es el caso. Deben estar acostumbrados a ver españoles haciendo el imbécil en las calles de su ciudad.

Conseguimos no tirarnos de los pelos para pedir la comida, pero eso solo es porque Paconi hace de intermediador. Al final me quedo sin mi piña en la pizza, porque el resto del grupo lo consideraba terrorismo. Pero Lili pide su pasta con pesto, así que es un medio win para las mujeres y eso es con lo que yo me quedo.

Literalmente he votado que si al pesto solo para joder a Jopa, que ha votado que no a mi piña. Que lo hubiera pensado antes.

Me llama la atención de la pizza de aquí, que es mucho más fina que la que comemos normalmente en España. Supongo que por la influencia americana, nuestra masa es densa y gruesa y la de aquí es más ligera y crujiente. Honestamente, elijo las calorías y la gordura, tiene más sabor.

Espero que ningún italiano esté leyendo mis pensamientos, porque sino me pegarían una patada y seguro me mandarían de vuelta a España.

Después de comer, y bien cafeínados porque la comida nos deja secos, nos dividimos en dos. Otra de las ideas maravillosas de Daniel Alonso para grabar contenidos.