2. Tanzania

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2. Tanzania
Alicia

Al final nuestro vuelo aterriza ocho horas más tarde. Por desgracia mía, he tenido que editar la segunda mitad del vuelo.

La siesta no me ha durado mucho, porque los chicos de delante han vuelto a liarse a gritos y pataletas y ha sido literalmente imposible. Todo porque el Adri este no era capaz de fijar bien un preset.

Os juro que ha habido un momento en el que casi salto al asiento de delante y le arranco el portátil para hacerlo yo misma. Pero me he contenido.

De todas formas, le tenía que enviar un video a uno de mis clientes. Así que no he tenido mucha más opción que dedicarme a mis asuntos y rezar para que se les cosiera la boca a mis vecinos de asiento. Y no he tenido suerte. Aunque he de decir que por lo menos me han tenido entretenida.

Borja, el que casi rompe las lentes con su culo tiene un humor bastante parecido al mío. Alguna risa se me ha escapado. Por suerte no me ha visto nadie más reírme que mi compañera de asiento de la izquierda, pero no ha dicho nada. Supongo que era extranjera y no se estaba enterando ni del clima.

Hablando de eso, el clima en Tanzania no es para nada lo que me esperaba. Hace un calor húmedo y pegajoso y no el verano idílico que yo me había imaginado.

Espero que en la parada de Taxis pueda encontrar alguno que me lleve al lugar donde me alojo. He reservado una habitación en un hotel en medio de la nada, pero la chica de la agencia me aseguro que estaba a salvo y no iba a comerme un león. También me dijo que habría más españoles allí, y que si tenía algún problema podría llamar al número de emergencia.

Esto último no me ha dado nada de confianza. Pero bueno. Ya es demasiado tarde para arrepentirse, ¿no?

Los cuatro chicos ruidosos me dicen adios con la mano cuando salgo por fin del aeropuerto. No se muy bien a donde van, pero parece que un chico les ha recogido en 4x4. Muy listos ellos, yo debería haber pensado en esto antes.

Le enseño el traductor del móvil a uno de los chicos, el más joven que encuentro, haber si con un poco de suerte consiguen entenderme y llevarme al hotel.

Sorry, I don't understand — chapurrea el hombre mirando la pantalla de mi móvil. Conclusión, estoy jodida.

—Oye, española, ¿te hace falta un viaje?— igual estoy salvada.

La cabeza de Adri aparece por la ventana del 4x4. Va a ser que al final los chico estos van a serme útiles.

—La verdad es que sí.— suspiro acercándome hacia el coche.— No han entendido nada de lo que les he dicho, y eso que tenia el traductor.

—No te preocupes, el nuestro habla hasta español. ¿A que si caca?—me dice la voz del alto, Plex desde el interior del coche.— Corre sube, que te llevamos a donde digas.

Dejo mi pequeña maleta llena de cosas en el maletero, y me fijo en que la maleta de uno de ellos lleva la cara de Adri pegada. De verdad, están como una cabra, a quién se le ocurre.

Me aplasto entre Adri y Borja en el asiento de atrás. Por suerte para mi, el coche al ser 4x4 tiene tres asientos delanteros. Sino, aún estaría intentando comunicarme con los taxistas.

—¿A donde vas?—pregunta el conductor. Le paso una foto del lugar y se le escapa una risa.— Perfecto, mismo sitio.

—¿Tu también vas con los animales?—pregunta Plex.

—Otra, te va a comer un león a ti también.—dice Borja nervioso —Bueno, al menos moriremos juntos.

—Tú tienes mas carne que yo.—le respondo. Vamos, si es entre él y yo está claro quien va a morir primero. Que estoy acostumbrada a correr a la parada del autobús.

—Viene fuerte la española.—me dice Adri. Pero bueno, ¿y estas confianzas?

—No lo sabes tú bien, Adrián.—le respondo con el mismo tono.

—Ala, te ha vacilado eh Adri.— Borja se ríe de su amigo y veo como Plex pone los ojos en blanco a través del espejo del coche.

—Tenemos que grabar, ¿te importa?—me pregunta el chico que falta moviendo una cámara parecida a la mía pero con un micrófono gigante.

—No, no. Sin problema. ¿Pero vosotros que sois? Porque mucha pinta de hacer documentales de National Geographic no tenéis.

—Borja desde luego que no.—Adri parece que hoy va a dormir con las jirafas como siga con las bromas.

—Yo pongo la cara bonita, Jopa graba, Adri edita y Borja se viene para llevar las maletas.—dice Plex haciendo que todos menos Borja se partan de risa. Incluso el conductor se ríe. Otro que coge confianzas demasiado rápido.

—¿No has visto nunca un vídeo de Plex?—pregunta Adri. Le digo que no con la cabeza. El nombre me medio suena, pero los mellizos son fans de tantos YouTubers que las probabilidades de que me hayan hablado de él y los haya ignorado son altísimas.—Pues están súper bien editados.

—Bueno Adri, no te flipes que te corrijo doscientas faltas de ortografía por clip.—se queja Plex.

—Literalmente te has pasado media hora para poner un preset que hubiera puesto yo en un minuto.— el chico me mira mal haciendo que Borja vuelva a reírse de él.

—Alicia, nueva editora de la vuelta al mundo.—me dice Plex sonriente. Este chico no ha dejado de sonreír desde que me he subido al coche.

—Una polla—decimos Adri y yo a unísono.

—Habrá que ver algún vídeo suyo, que igual es mucho hablar y poco hacer.—dice intentado abrir mi mochila donde tengo el portátil.

—Eso te pasa a ti con las mujeres.—le grita Jopa desde el asiento de delante. El pobre Adri está pillando por todos los lados hoy. Y más que va a pillar como no aleje sus sucias manos de mi preciada mochila.

—Ya se quien eres, vosotros sois los chavales que os recorréis el mundo haciendo el idiota.—claro, ahora todo tiene sentido. Los mellizos me hablaron de ellos en el verano, cuando les dije que iba a planear un viaje largo.

—Oye, oye. Sin faltar.—Adri ha conseguido abrir la cremallera y está rebuscando entre mis cosas.

—Tú bicho. Las manos quietas.—le digo dandole un manotazo.

—Vaya Adri, tiempo récord en el que una chica te rechaza.— Adri se desabrocha el cinturón y se lanza hacia Borja, aunque yo estoy en medio y consigo frenarle antes de que le pegue una torta a su amigo en la cabeza.

Dios mío, menudo viajecito en coche me espera.




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espero que os guste!

Ochenta días | yosoyPlex y adridobylusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora