XLVI. Adiós

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Ese día Natasha se iría de casa y de la villa definitivamente, no había podido dormir en toda la noche, apenas amanecía, se asomó a la ventana, había un carruaje enfrente del que antes era su hogar, Yelena sacaba unas cosas, vio a Natasha alistar unos últimos detalles, no culparía a su ex cuñada, claro que entendía que a pesar de todo adore y esté al lado de su hermana.

Ver el amanecer le recordó esa mañana en la que Natasha la despertó para contemplar el sol izarse en el cielo, sentía sus ojos empañarse, se sentía estúpida por contemplar a Natasha irse para siempre del hogar que construyeron.

No sabía exactamente su plan, pero al parecer Rogers necesitaba ir a la ciudad o al pueblo, así que iría a dejarla, quería creer que Natasha realmente se arrepiente de lo que estaba por hacer, pero no era real porque aún así se iría.

Natasha alzó la vista en busca de algún consuelo, no había dejado de llorar esos tres días, su corazón se estrujó al ver a su esposa observarla de la ventana, sabía que estar con Vision la ayudaría, él era una buena persona y después de lo que estaba por hacer creía que debió haberlo dejado intentado en su momento, ella nunca fue buena para Wanda, su peor pecado a ojos de las personas de la civilización era amarla, pero para sí misma era no haberla amado lo suficiente para dejar toda su vida pasada a un lado como estaba segura que había hecho ella.

Ambas se vieron a los ojos unos segundos, Natasha notaba esos preciosos ojos verdes empañarse a través de la ventana, alzó la mano para despedirse, Wanda volteó cerrando las cortinas; Natasha sintió unos brazos rodearla, era su hermana, sabía que le guardaría un resentimiento, pero al menos estaba ahí para ella en este momento que sería difícil.

Subió al carruaje volviendo a ver hacia la ventana deseando de todo corazón ver a su esposa, a su gran amor, pero no sería así, se despidió de Yelena de nuevo y el carruaje empezó a avanzar, lloraba desconsoladamente.

Wanda pensaba en bajar corriendo y alcanzar a su esposa, pero la que se iba era ella, la que estaba en el error era ella, la que la abandonaba era ella, no iría a humillarse, no quería derramar ni una lágrima más a causa suya.

...

Nadie quería dejarla sola, habían pasado unas horas desde que Natasha había decido embarcar un viaje alejándose de ella, Wanda quería seguir trabajando y no pensar, pero insistían en que debía almorzar, así que ahí estaba con Yelena, Kate y Vision que intentaban no mencionar el tema y hablar de cualquier cosa que se les ocurra.

– Diré esto de una vez, porque la verdad lo que menos quiero es mencionar el tema después de tiempo – Dijo Wanda aprovechando uno de los silencios mientras comían – Voy a quedarme aquí hasta que el bebé de nazca, después volveré al pueblo con mis papás – Sonrió con suavidad

– ¿No seguirás viviendo aquí? ¿Por qué, Wanda? Aquí tienes tu consultorio, la gente te adora, puedes ejercer lo que gustas – Dijo Yelena incrédula de que estaba perdiendo a lo más cercano que había tenido de una familia, volverían a ser sólo Kate y ella

– Yels, yo vine aquí por... tu hermana, todo me recuerda a ella, mi casa, mi cama, mi lugar de trabajo, el parque, todo en la villa me recuerda a Natasha, tomaré las cosas que necesite y le diré a Tony que se deshaga de lo demás o no lo sé, no me importa tampoco lo que le pase a esa casa; yo no puedo quedarme sola aquí, voy a enloquecer si lo hago – Decía con tristeza viendo a las chicas, las quería mucho – Y claro que vendré a visitarlas a ustedes, a este bebé, a los amigos que hice aquí, no será como siempre, pero no voy a dejarlas, no podría – Sonrió enternecida

– Pero no quiero que te vayas – Confesó Yelena

Wanda se levantó abrazando a su cuñada – Pero eso no será hoy ni mañana – Besó su cabello – ¿Sabes? – Se puso de cuclillas en el piso viendo a Yelena – Nunca he tenido una hermana menor, siempre le pedía a mis papás alguien con quien jugar, pero ahora yo soy muy feliz de tenerte en mi vida, eres mi hermanita, Yels... no voy a dejarte sola jamás ¿Sí? – Acarició sus mejillas – Ya no llores, niña linda... no me he ido aún, faltan mil cosas más que organizar y vivir para cuando llegue tu bebé, no me iré de tu lado jamás, existen las cartas y las visitas, así que aquí me tendrás muy seguido, quizás pueda pasar temporadas enteras, pero ahora mismo, no puedo seguir más aquí, no puedo estar en casa extrañando a mi esposa, me hará bien... ¿Quién sabe si en algún futuro pueda quedarme? Pero ahora estoy haciendo mi mayor esfuerzo mientras llega el bebé. Me entiendes ¿Verdad? – Sorbió viendo a Yelena, entendía que su nucleo se volvía a quebrar con la partida de Natasha, sonrió al ver a la rubia asentir e intentar sonreír

Hazme Pecar  | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora