XXIV. Ayuda

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Escuchó unos toquidos en su puerta se limpió las lágrimas poniendo sus papeles en orden con rapidez y guardándolos en su sobre, dejó todo de lado y se paró en dirección a la puerta.

– Hola, Natasha – Era Agnes con una bandeja que tenía su desayuno – Sé lo mucho que te gusta la mermelada de albaricoque y pedí un poco para que se la pongas al pan y también te traje leche con chocolate, vas a comer todo ¿De acuerdo?

– Está bien – Intentó sonreír acomodándose en la cama, se sentó para que ponga la bandeja con su comida, no tenía hambre, pero debía corresponder la atención de la madre superiora a parte que lo hacía por su bien

– ¿Quieres comer primero o hablar mientras comes?

– Está bien si habla mientras desayuno – Se encogió de hombros

Primero, quiero pedirte disculpas por lo que te hizo la otra hermana, no debes de pasar por abusos de ese tipo... no sé si sea cierto, pero esto me hace sospechar que te dio el artilugio ese con el que te heriste... ¿Ella lo hizo? – Natasha se puso nerviosa tomando de su chocolate – Dime la verdad, ya no haré nada al respecto porque ya pasó, pero quiero que me digas expresamente si lo hizo

– Ella me lo dio – Murmuró, le daba vergüenza hablar de esto, sobretodo porque Agnes e Iryna ya habían hablado de su situación actual

– Me aseguraré de que no vuelva a pasar con otras novicias... no voy a ni siquiera mencionarte, no te preocupes por eso

– Bien – Ella la rescató ese día, así que le quedaba confiar

– Ahora... lamento que haya tenido la intención de leer tu carta, me alegra que al menos tengas eso de Wanda mientras esperas a ir con ella, ahora debes tener más cuidado con tus cosas, seguro estarán tras tuyo estos días y yo no puedo defenderte si se llega a saber todo, se más cautelosa, claro que tendré siempre un ojo en ti, pero casi siempre estoy fuera todo el día, tengo muchos pendientes

– Tendré mucho cuidado, lo prometo – Asintió rápido

– Si quieres... puedes dejarme tus cartas y cosas para guardarlas en mi habitación, así aunque vengan a esculcar no las encontrarán, así después las llevas a casa de Wanda cuando vayas el viernes – Natasha la vio dudosa, no se escribían sólo palabras de amor y romance – No las voy a leer – Rio con suavidad – Respeto completamente tu privacidad y que no quieras compartir ciertas cosas conmigo ni con nadie, así que de eso puedes estar segura

– Está bien – Asintió, no tenía más opciones y era peor ser expuesta

– Como ya debes saber, Iryna me contó todo y acepté ayudar, el día indicado saldrás muy temprano de aquí, antes de que amanezca, tu partida será manejada con discreción y no quiero que te despidas, para que sea obvio que tus papás llegaron de improviso por ti para llevarte a casa

– Sí, lo haré así, yo haré todo lo que me indiquen para ir con Wanda, es lo único que quiero – Después de comer la mitad del pan le dio hambre y ahora comía con gusto

– Natasha, tal vez no volvamos a estar solas en estos días, así que desde ahora te digo que la vida de casada no será un sueño todos los días, van a tener que trabajar ambas por su relación, por mantener su casa en buen estado y también conservar sus trabajos, todos los días sin excepción serán la compañía de la otra, no es un juego, van a tener días buenos, que serán un absoluto deleite, pero también días malos, días que las harán querer volver al confort de poder alejarse, pero no se podrá porque vivirán juntas, así que deben comprometerse a siempre solucionar sus problemas y estar juntas, sé que a Wanda sus papás la encargaron de ti, pero yo te encargaré a ella, porque yo la conozco desde que nació, fui la primera persona en el mundo que vio esos preciosos ojitos verdes, le enseñé a leer, a escribir, a comportarse, a peinarse, a investigar siempre lo que quería saber... yo la adoro, es prácticamente mi hija y quiero que también te tomes en serio el cuidarla y atesorar los días a su lado

Hazme Pecar  | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora