XXX. Rechazados

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– Mi Nat... – Susurró viendo a su novia que la tenía abrazada a ella – ¿Estás dormida? – Habló encima de su mejilla, no sabía porque sentía que su ser estaba totalmente despierto a pesar de la actividad física de hacer el amor con su novia

– No – La vio a los ojos – No tengo sueño... ¿Qué tal si nos quedamos hablando y en la tarde tomamos una siesta?

– Adoro la idea – Suspiró besándola

– ¿Algo interesante que hayas hecho en tu trabajo? – Acarició el hombro de Wanda viéndola a los ojos con la inexistente luz

– Recibí un bebé – Sonrió emocionada

– ¿Qué?

– Vino una mujer a punto de dar a luz con su esposo, tuve que recibir al bebé, cortar el cordón, limpiar a la madre, al bebé, verificar que ambos estén bien... me asusté mucho, pero en ese momento sólo podía reaccionar, fue lindo igual, me hizo pensar en todo – Susurró creyendo que debía hablar con su novia al respecto de los hijos

– Y ellos... ¿Qué hacían aquí? ¿Vinieron de visita? – Supuso pensando que los papás de Wanda solían llegar a la villa

– No, ellos viven aquí – Sonrió – En su ciudad él era panadero, ella una chica de padres adinerados, se enamoraron y cuando se dieron cuenta de que esperaban un bebé, escaparon, llegaron a un pueblo cercano, pero obviamente los padres de ella los buscaban, así que volvieron a agarrar sus pocas pertenencias y huyeron de nuevo, la villa es vistosa a lo lejos, por casualidad o destino Tony entraba y ellos le explicaron su situación, así que llegaron a vivir aquí, era preocupante por el embarazo de ella, pero lo lograron y aquí están

– Wow... – Dijo incrédula de lo que escuchó – No pensé que habían otra clase de personas aquí

– Todos tienen una historia de la que quieren escapar, somos todos los rechazados de la sociedad, también pensaba igual que tú, pero no, es increíble como por diferencias no podemos ni siquiera vivir en los lugares que nos vieron crecer o escapar en su totalidad de la gente que nos ama

– Es triste – Afirmó abrazándose más a su novia buscando cobijo en ella

– Lo es – Acarició su cabello pensativamente – Mi Nat... – Dijo a los segundos

– ¿Amor?

– Nunca hemos hablado de bebés... tampoco he preguntado... ¿Estaba entre tus planes tener bebés en algún momento?

– Pues... jamás me vi a mí misma como madre, no me disgustan los pequeños, pero nunca lo pensé realmente, al intentar ser monja me parecía lógico que no tendría hijos y desde que decidimos ser novias, sabía que tampoco era posible, pero jamás pensé en tener hijos yo, ni quiero, amor; estoy bien así – Besó sus labios con una sonrisa – ¿Tú quisieras bebés?

– No – Negó rápido abrazando a su novia – Soy una mujer de ciencia, mis aspiraciones personales no engloban cuidar a un niño ruidoso y llorón, aunque este bebé que te digo es la excepción, es precioso, a veces me lo dejan a cuidar por las mañanas cuando ella le ayuda a su esposo en la panadería, pero tenerlos un rato y jugar con ellos o hacerlos dormir es lindo, ya cuando llora por hambre lo llevo con sus padres a que se hagan cargo

– ¿Y hay más niños en la villa? – Preguntó con curiosidad

– Sí, la otra vez me llevaron a la escuela, es sólo un salón para todos, hay niños de cinco años hasta los dieciséis años que empiezan a decidir en qué trabajar o así, hay dos maestros, y se encargan de enseñarles por edades...

Hazme Pecar  | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora