LI. Escape

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Después del ultimátum de sus padres, había decidido ir a la villa unos días, sentía que no podría tomar la decisión en casa y que alejada de sus papás y Vision tendría más claridad, a parte que quería visitar a Amelie, los bebés crecen tan rápido que seguro notaría un enorme cambio desde la última vez que la tuvo en brazos.

Se sentía nostálgica al estar de vuelta, al bajar del carruaje vio la que era su antigua casa, estaba desocupada por lo que notó por fuera, era tan lejana la felicidad que había sentido en ese lugar, quiso deshacerse de todo lo malo, se despidió de su padre, quien se quedaría en la casa principal del señor feudal y ella llegó a la casa de Yelena y Kate, los saludos y sonrisas la llenaron de sincera felicidad, ver a la pequeña Amelie y poder tenerla entre sus brazos la hacía sentir que había tomado la decisión correcta al ir.

– Entonces más que venir a vernos llegaste para tomar la decisión de casarte – Dijo Yelena notando como Wanda agachaba la mirada – ¿Y qué harás? ¿Le preguntarás a Amelie si deberías casarte o no?

– Quería salir del pueblo, pensar en si debía seguir en esa relación con Vis, yo no quiero herirlo, pero casarme es demasiado, aunque a la vez siento que Vis y yo resbalaremos en cualquier momento juntos y no quiero tampoco más habladurías de pueblo – Explicó jugando con una de las manos de la bebé, estaba realmente preciosa, le daba tanta ternura poder estar cerca de un ser tan pequeño y adorable

– Que te cases no hace que tu vida automáticamente cambie – Decía Kate – Si tú no te ves con nadie más que no sea Vision y él tampoco, tal vez sí podrían casarse con la aclaración de que no es un matrimonio por fines románticos, si no prácticos, así al menos dejarán a tus padres tranquilos en la iglesia

– La iglesia... como odiaba ir a ese lugar – Agregó Yelena

– Es lo que me desanima de seguir en el pueblo – Admitió Wanda – Pero bueno... me quedaré unos días por aquí si no les molesta – Emitió viendo con una sonrisa a Amelie

– Está bien por nosotras – Asintió Kate con emoción

Wanda agradeció la hospitalidad de ambas, tenía a su sobrina en brazos, creía que no había mejor lugar para poder pensar un rato y probar si sus heridas estaban al menos por curarse, sentía nostalgia, más no dolor, así que iba por el camino correcto.

...

Ahora que estaba un poco más grande hablaba con Tony de la vida, ya no era la jovencita que llegó pidiendo refugio para ella y su amor, ahora era una mujer triste y si no se esforzaba día a día podía llegar a ser una amargada.

– Wanda, hola – Sonrió Steve entrando a la sala – Hace mucho que no te veo

– Hace mucho que no vengo – Trató de sonar bromista

– ¿Cómo estás? – Él se sentía demasiado sospechoso al saber de Natasha, creía que era una culpa que no tenía por qué cargar

– Bien ¿Y tú?

– Bien también – Sonrió – Venía a... por Tony ¿Sabes dónde está?

– Se fue con papá a atender algo del consultorio – Se encogió de hombros

– ¿Viniste con él?

– Sí, se supone que vendría y me dejaría aquí unos días, pero van tres y aún sigue aquí – Se encogió de hombros

– ¿Gustas té con galletas? – Ofreció notando que era un mal anfitrión

– Sí, gracias – Sonrió

Hazme Pecar  | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora