Había besado a su novia desde que la vio, no paraban de hablar a medias entre besos mientras se tomaban las manos y se abrazaban, a la sombra de ese viejo árbol, estaban tan felices de verse, el día se les había pasado muy lento hasta que por fin podían estar juntas de nuevo.
– ¿Cómo has estado, mi Nat? – Acarició su mejilla mientras la veía a los ojos
– Extrañándote – Mordió su labio inferior – Me encanta abrazarte y besarte, quisiera dormir contigo de nuevo, pero que te escapes de casa me asusta, no quisiera que te pase nada malo
– Mis padres duermen temprano, si me voy a esa hora no sería tan tarde – Suspiró besando su mejilla y su cuello – También me muero por pasar la noche contigo – La abrazó de la cintura hacia ella – ¿Hablaste con Agnes?
– Sí, justo cuando te fuiste – Asintió emocionada recordando que podrían hacer para verse más seguido – El grupo de los catecúmenos se reúnen viernes, sábado y domingo, ya me autorizó poder ir a apoyar ahí y también que si se me hace muy tarde para volver al convento me puedo quedar a dormir en la casa de alguna de las mujeres que asistan
– De alguna de las mujeres, no, de tu novia, sí – Juntó su frente a la de ella – Esas son muy gratas noticias – Besó sus labios abrazándola
– Entonces... ni siquiera tienes que ir, porque tu mamá sí va a las reuniones y tal, así que si gustas yo me quedo ayudando y cuando termine voy con tu mamá a cenar o algo así, no creo que ella me deje volver sola al convento...
– No, no, no... si tú vas, yo estaré ahí también, prefiero sólo verte a esperar que mamá te traiga, no quisiera que te sacrifiques y tal vez mamá te lleve de frente al convento, no, mejor yo voy, así tengo todo bajo mi control – Besó su rostro
– Eres un poco aprehensiva – Rio levemente abrazándose a ella y correspondiendo sus besos
– No quiero arriesgar nuestras pocas oportunidades para estar juntas – Bajó sus labios a su cuello – Así quedamos entonces, no quiero perderme ni un segundo en el que pueda estar a tu lado, mi Nat
– Yo tampoco... – Besó sus labios con una sonrisa
...
Sonrió cuando llegó Natasha, las reuniones de esa semana serían en su casa, se puso nerviosa de que estén sus padres ahí y haya llegado su novia, aunque no la presentaría como tal, igual tenía nervios.
– Wanda... ¿Por qué no llevas a Natasha a tu habitación mientras esperamos a que lleguen los demás?
– Sí, mamá, claro – Dijo intentando ocultar su emoción, tomó la mano de Natasha y la llevó a su habitación con rapidez
Wanda cerró la puerta de su habitación cuando ambas entraron, no demoró en estrellar sus labios encima de los de Natasha, sonrió tomándola de la cintura acercándola a ella.
– También te extrañé, vida – Susurró la novicia tomando a su novia de las mejillas
– Moría por besarte desde que llegaste – Volvió a besarla
– Ni se nota... – Rio levemente – Me gusta tu habitación – Mencionó viendo alrededor
– Gracias... es cómoda, tiene un tapiz que mi mamá eligió y jamás lo cambié, siento que todo es muy adorable y pastel... – Explicó llevándola de las manos a la cama, se acostó junto a Natasha abrazándola a ella – ¿Cómo era tu habitación en casa?
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Hazme Pecar | Wandanat
Fiksi Penggemar1871. Dos chicas que vivían realidades muy diferentes con ideas completamente opuestas, Wanda, que tenía los conocimientos y se oponía a las costumbres de su época; Natasha, que tenía una fe devota inculcada y arraigada en su ser; un sentimiento que...