XIII. Reunión

591 76 6
                                    

Había besado a su novia desde que la vio, no paraban de hablar a medias entre besos mientras se tomaban las manos y se abrazaban, a la sombra de ese viejo árbol, estaban tan felices de verse, el día se les había pasado muy lento hasta que por fin podían estar juntas de nuevo.

– ¿Cómo has estado, mi Nat? – Acarició su mejilla mientras la veía a los ojos

– Extrañándote – Mordió su labio inferior – Me encanta abrazarte y besarte, quisiera dormir contigo de nuevo, pero que te escapes de casa me asusta, no quisiera que te pase nada malo

– Mis padres duermen temprano, si me voy a esa hora no sería tan tarde – Suspiró besando su mejilla y su cuello – También me muero por pasar la noche contigo – La abrazó de la cintura hacia ella – ¿Hablaste con Agnes?

– Sí, justo cuando te fuiste – Asintió emocionada recordando que podrían hacer para verse más seguido – El grupo de los catecúmenos se reúnen viernes, sábado y domingo, ya me autorizó poder ir a apoyar ahí y también que si se me hace muy tarde para volver al convento me puedo quedar a dormir en la casa de alguna de las mujeres que asistan

– De alguna de las mujeres, no, de tu novia, sí – Juntó su frente a la de ella – Esas son muy gratas noticias – Besó sus labios abrazándola

– Entonces... ni siquiera tienes que ir, porque tu mamá sí va a las reuniones y tal, así que si gustas yo me quedo ayudando y cuando termine voy con tu mamá a cenar o algo así, no creo que ella me deje volver sola al convento...

– No, no, no... si tú vas, yo estaré ahí también, prefiero sólo verte a esperar que mamá te traiga, no quisiera que te sacrifiques y tal vez mamá te lleve de frente al convento, no, mejor yo voy, así tengo todo bajo mi control – Besó su rostro

– Eres un poco aprehensiva – Rio levemente abrazándose a ella y correspondiendo sus besos

– No quiero arriesgar nuestras pocas oportunidades para estar juntas – Bajó sus labios a su cuello – Así quedamos entonces, no quiero perderme ni un segundo en el que pueda estar a tu lado, mi Nat

– Yo tampoco... – Besó sus labios con una sonrisa

...

Sonrió cuando llegó Natasha, las reuniones de esa semana serían en su casa, se puso nerviosa de que estén sus padres ahí y haya llegado su novia, aunque no la presentaría como tal, igual tenía nervios.

– Wanda... ¿Por qué no llevas a Natasha a tu habitación mientras esperamos a que lleguen los demás?

– Sí, mamá, claro – Dijo intentando ocultar su emoción, tomó la mano de Natasha y la llevó a su habitación con rapidez

Wanda cerró la puerta de su habitación cuando ambas entraron, no demoró en estrellar sus labios encima de los de Natasha, sonrió tomándola de la cintura acercándola a ella.

– También te extrañé, vida – Susurró la novicia tomando a su novia de las mejillas

– Moría por besarte desde que llegaste – Volvió a besarla

– Ni se nota... – Rio levemente – Me gusta tu habitación – Mencionó viendo alrededor

– Gracias... es cómoda, tiene un tapiz que mi mamá eligió y jamás lo cambié, siento que todo es muy adorable y pastel... – Explicó llevándola de las manos a la cama, se acostó junto a Natasha abrazándola a ella – ¿Cómo era tu habitación en casa?

Hazme Pecar  | WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora