Llegó tarde a la disquera, no había dormido bien, había tenido demasiadas pesadillas. Sin embargo se sorprendió al ver que su mano derecha, Ray Toro, tampoco había llegado. Arribó varios minutos después, al igual que él, con unas enormes ojeras.
- ¿Qué pasó Toro? Llegas tarde
- Lo siento Frank, pero he tenido varios problemas
- Si puedo ayudarte, sabes que estoy aquí para lo que ocupes
- Gracias Frank, pero son problemas con un amigo, con mi mejor amigo. Gerard, ¿recuerdas que te lo presenté en mi fiesta? - Claro, cómo olvidar a Gerard, pensó Frank.
- ¿Qué problemas?
- Sólo te puedo decir que un imbécil lo enamoró y luego lo trató como basura, y sabes, eso me tiene mal, muy mal. Él no me ha querido decir su nombre, pero quisiera saberlo para ir y romperle la cara. Gee no merece que lo traten así – Si superas, pensó Frank. Él era el causante de todo el dolor de Gee.
- Tú ¿Lo quieres? Digo, como más que un amigo – Se atrevió a cuestionar Frank por la forma en cómo su amigo defendía y protegía a Gerard.
- A ti no puedo mentirte Frank. Realmente lo quiero, lo amo demasiado, pero no quiero perder su amistad confesando mis sentimientos. Gee es tan especial, Gee es un ángel y no merece que nadie lo trate así, como una basura – Y sí, Gee era un ángel, un ángel que merecía que alguien bueno estuviera con él. Al escuchar la confesión de su amigo pensó en que tal vez lo mejor para Gerard era Ray, alguien que lo cuidara, que lo protegiera, y no alguien como él que sólo se había dedicado a tratarlo como una puta.
Sin embargo también sintió celos. Imaginó a su amigo consolando a Gerard, abrazándolo y después, quizás, llevándoselo a la cama, tratándolo con delicadeza, besando cada parte de ese hermoso cuerpo. Pensó demasiado en eso y no lo pudo soportar, pero ahora tendría que vivir con ello, tal vez al final Ray se animaría a confesarle sus sentimientos y Gerard lo aceptaría, porque Ray lo cuidaba, porque Ray no lo trataba como basura, tal como lo había hecho él la última vez que se vieron.
Realmente necesitaba contarle a alguien todo lo que estaba experimentando pero ¿a quién? Si su mejor amigo estaba enamorado de ese chico que lo volvía loco. Ni siquiera le contó lo de Jamia ¿para qué? No quería que sospechara nada. Ya había perdido a Gerard y no quería también perder a su mejor amigo cuando este se enterara que había sido él el causante de todo el dolor en Gee.