Tras un par de semanas lo habían dado de alta, aún no podía caminar bien, necesitaba de muletas para hacerlo, pero ya no había nada que pusiera en riesgo su vida. Sus padres fueron por él para llevarlo a casa, mencionándole que se quedaría algunos días con ellos hasta en tanto se recuperara. Frank les dio la razón, no quería pelear, aunque en sus planes estaba quedarse un par de días.
Estaban ya en el estacionamiento del hospital, Frank no había visto más a Gerard y no estaba dispuesto a irse sin verlo de nuevo, así que mencionó que había olvidado algo sólo para regresar al hospital y poder hablar con Gee, preguntó por él, nadie supo darle razón, al final se resignó, iba camino al estacionamiento cuando notó ahí, precisamente en ese lugar, a un tipo forcejeando con una enfermera. No iba a dejar que trataran así a una chica, así que decidió acercarse y grande fue su sorpresa cuando se dio cuenta que no se trataba de una chica, sino de un chico, de su Gerard. Un tipo forcejeaba con él. Frank fue hacia ellos lo más rápido que pudo.
- ¡Déjalo! - Gritó para que ese sujeto soltara a Gerard y el tipo en cuestión se volteó a mirarlo, notando entonces que se trataba del mismo tipo que había encontrado con Gerard en el burdel la noche en que lo trató como una basura.
- ¿Otra vez tú? Vienes a defender a esta puta – Dijo el sujeto en cuestión.
- Que lo sueltes, pedazo de mierda – Mencionó Frank molesto, odiaba que ese tipo estuviera ahí, poniéndole las manos encima a Gerard.
- No. Esta vez quiero que esta puta termine el trabajo que dejó pendiente cuando nos interrumpiste
- Que lo sueltes, basura – Insistió Frank, acercándose al tipo y propinándole un golpe en la cara. Pero el tipo esta vez no cedió, estaba ebrio, pero no tanto como la vez pasada, por lo que soltó a Gerard para abalanzarse sobre Frank y comenzar a golpearlo.
- Pagué por esta puta y quiero correrme en su culo, y ni tú ni nadie lo va a impedir – Dijo el tipo mientras golpeaba a Frank, quien estaba fuera de combate, acababa de salir del hospital, no podía siquiera caminar bien, y ahora ese pendejo estaba ahí, golpeándolo. Pero prefería eso, que entretuviera golpeándolo y que no tocara a Gee.
Gerard no iba a dejar que ese idiota moliera a golpes a Frank, así que aprovechando que el tipo estaba de espaldas, se abalanzó sobre él y lo tomó por el cuello, golpeándolo en la cara. Soltó a Frank, el tipo se lanzó hacia atrás, estampando a Gerard contra un carro, el cual comenzó a sonar, alertando a todos en el estacionamiento. El sujeto espantado sólo corrió.
Gerard quedó ahí, contra el carro, le dolía todo, apenas abrió sus ojos, vio a Frank tirado y fue hacia él.
- Frankie – Dijo preocupado, mirando la sangre que escurría de la nariz de Frank, quien abrió sus ojos y lo miro.
- Gee ¿Estás bien?
- Estoy bien, pero tú... mira cómo te dejó.... Por mi culpa
- Hey Gee, no es tu culpa – Dijo Frank llevando su mano al rostro de Gerard. En ese momento los padres de Frank llegaron hasta donde se encontraban gracias al sonido del carro, sorprendiéndose de ver a su hijo en ese estado. Curiosos miraban, mientras que un par de enfermeros corrían por una camilla.
- Hijo, ¿Qué pasó? - Preguntó su madre preocupada.
- Estoy bien mamá – Dijo Frank con una sonrisa – Quiero presentarles a alguien, él es Gerard, es el amor de mi vida – Mencionó tomando la mano de Gee, quien no pudo evitar que las lágrimas comenzaran a rodar por sus mejillas. Su madre sólo lo miró, mientras que el padre de Frank le extendió la mano.
Justo en ese momento llegaron los enfermeros con una camilla para llevar a Frank de vuelta al hospital.
- ¿Estarás conmigo? - Dijo Frank sin soltar la mano de Gerard.
- Sí, ahora voy – Respondió.
Al incorporarse un quejido salió de los labios de Gee, realmente le dolía todo después del golpe que le había dado ese sujeto.
- Deberías de ir a que te revisen también. Te acompaño – Le mencionó el padre de Frank.
- Gracias señor Iero – Respondió Gee apenado.
- Llámame Cheech – Dijo él, ayudando a Gerard a ir de igual forma de vuelta al hospital, mientras que Linda, la madre de Frank, no entendía quién era ese sujeto, qué hacía con Frank y por qué su hijo decía que era el amor de su vida.