Capítulo 27

34 11 0
                                    

 Perder a Gerard era difícil, sumamente difícil, pero debía aceptarlo.

Frank se encontraba ya en casa, debería de pasar algunos días en cama, y por supuesto Gerard se había ofrecido a cuidarlo, finalmente era enfermera, era su trabajo, aunque no lo hacía por dinero, lo único que quería era estar al lado de Frank hasta que sanara por completo.

Ray entró a la habitación y ahí, postrado sobre la cama estaba Frank, quien se supone era su mejor amigo, a su costado estaba Gerard, el amor de su vida, quien sostenía la mano de Frank y lo miraba de una manera en que sólo se puede contemplar a quien se ama. Ambos sonreían y Ray sintió un nudo en la garganta, amaba demasiado a Gee, pero era momento de superarlo, jamás sería para él.

Por un momento, Ray se quedó contemplando en silencio esa escena, tratando de entender cómo es que a pesar de todo el dolor que le había causado, Gerard estaba ahí para Frank, a su lado, cuidándolo, como si realmente lo mereciera. En ese momento Ray lo entendió, Gee realmente amaba a Frank, a pesar de todo, pero ¿Frank estaría tomando en serio a Gee? ¿Realmente se casaría con él? ¿Lo trataría como se merece?

Sin duda que tras enterarse de la verdad, de que Frank estaba detrás de todo el dolor que había experimentado Gee, algo entre él y Ray se había roto, porque para Ray era tan difícil aceptarlo, no sólo porque su mejor amigo saliera con el amor de su vida, sino por la forma en cómo lo había tratado, como si no valiera nada, cuando Gerard sin duda es lo más hermoso de este mundo.

Ray avanzó un poco, ingresando a la habitación, y los ojos de ambos se postraron en él, pero Ray sólo podía mirar esos hermosos ojos verdes de Gerard, quien le sonrió y Ray sólo sintió como su corazón se oprimió, porque lo amaba tanto y dolía no poder tenerlo, dolía conformarse únicamente con su amistad.

— ¿Cómo sigues Frank? — cuestionó Ray, aunque realmente no le interesaba, admitía estaba demasiado celoso y la recuperación de Frank sólo significaría la realización de esa boda, la boda del amor de su vida, algo que, por supuesto, no quería.

— Ya mejor Ray, gracias a los cuidados de Gee — respondió Frank, mirando a Gerard, sonriéndole —. Gracias por estar aquí.

Y Ray no supo qué decir, sólo quedaba aceptarlo, aceptar que había perdido a Gerard. Incluso Frank le había propuesto a Gee irse a su casa junto con su hermano, a lo que Gerard había aceptado, pero Ray, Ray no podía aceptarlo. Pero no había remedio, ellos estaban enamorados y se casarían, o al menos eso era lo que Frank había alardeado, aunque ni siquiera había hablado del tema con Gee.

Tendría que conformarse con perderlo, con que Gee fuese feliz al lado de alguien más.  

Burdel (Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora