Gerard quería ser fuerte. Cuando supo que Frank estaba en el hospital sintió como si su corazón se parara, pero tuvo que disimular. Entró y lo vio ahí, lastimado, conectado a un montón de cables. Había tenido un accidente, conducía ebrio. Por supuesto que había recibido todos esos mensajes disculpándose con él, diciéndole que era "el amor de su vida", pero ya no lo creía, no podía creer más en esas palabras luego de haber visto a Frank con Jamia y por la forma en cómo lo trató la última vez que se vieron.
Le dolió verlo ahí y cuando despertó no podía negar que se sintió feliz, emocionado, pero tenía que disimular, como ya mucho tiempo lo había hecho al ocultar su realidad. Ahora correspondía ocultar sus sentimientos, ser frío, porque para Frank no significaba más que un acostón.
Vio llegar a los padres de Frank y como un iluso pensó que le hubiera gustado conocerlos en otras circunstancias, cuando Frank lo llevara a casa, cuando lo presentara como el amor de su vida, pero esas no eran más que burdas ilusiones, eso nunca iba a suceder. Ante los ojos de Frank siempre sería una puta, una sucia puta a la cual vio entre los brazos de otro, haciendo lo único que sabía hacer, como el mismo Frank se lo dijo: abrir las piernas y gemir.
Cuando volvió a la habitación de Frank ahora era ella quien estaba con él, Jamia, apenas entró y se quedó como un estúpido mirando la escena, Jamia le tomaba la mano, estaba llorando, Frank la miraba afligido. Sintió dolor, mucho dolor. La mirada de ambos fue hacia él, por un momento no supo qué decir, hasta que se disculpó y dijo que volvería más tarde, saliendo de ahí y sintiéndose como la mierda por ilusionarse, por estar tan enamorado como lo estaba de Frank, por no poder olvidar.
Sólo quería llorar, su vista se había nublado y sintió entonces unos brazos protectores envolviéndolo y ese olor tan peculiar de su entrañable amigo Ray.
- Gee ¿Qué pasó? ¿Por qué estás llorando? - Gerard se dejó envolver en los brazos de Ray y sólo pensó que ese no era el momento para decirle la verdad, Frank estaba lastimado, no podía provocar una pelea entre ambos ahora. Frank lo necesitaba, así que hizo lo que mejor sabía hacer, fingir.
- Perdón Rayito, es que me acordé del tipo que te conté, el que me lastimó
- ¿Lo viste? - Y Gee sólo negó – Dime quién es para partirle la cara
- No tiene caso – Mencionó Gee – Yo... tengo que ir con un paciente. Frank está con su novia – Dijo sin más, desapareciendo por el pasillo.
