- ¿Gee?
- Hola Frank – Le dijo el hermoso muchacho que tenía frente a él, mismo que vestía de enfermera, tal como lo había visto aquella vez que lo llevó a casa. Frank quiso levantarse, quiso abrazarlo, pero su cuerpo dolía, unos cables estaban conectados a sus brazos – Tuviste un accidente. Tienes algunas fracturas, así que tendrás que estar en reposo
- Gee – Dijo su nombre, alzó la mano tratando de tocarlo, pero Gerard se alejó.
- Llamé a Ray para que contacte a tu familia ¿Necesitas algo?
- A ti – Respondió Frank, sin siquiera pensar. Lo único que quería era sentir tan cerca a ese hermoso chico frente a él.
- Te dejo para que descanses – Fue la fría respuesta de Gerard, quien se dio la vuelta para salir de la habitación.
Frank se quedó ahí, pensando, y todas las imágenes volvieron a su mente. Fue a buscar a Gerard al burdel, se embriagó, le dijeron que él no trabajaba más ahí, así que se envalentonó y fue a buscarlo a su casa, conducía ebrio, un vehículo lo impactó. Le dolía todo el cuerpo, pero más esa frialdad de Gerard, aunque lo entendía, estaba más que justificada su forma de actuar, lo había tratado como una basura, le había dicho un montón de idioteces, lo había forzado a tener sexo. Claro que iba a estar molesto, claro que iba a estar dolido, tenía suerte de que estuviera ahí, atendiéndolo.
La puerta de la habitación volvió a abrirse, siendo ahora Ray quien venía a visitarlo.
- Frank ¿Cómo te sientes? Gee me contó todo
- Pues todo me duele, pero estoy bien dentro de lo que cabe
- Ya arreglé todo en la disquera. Por eso no te preocupes, también llamé a tus padres y a Jamia, pronto vendrán – Jamia, entonces lo recordó, nunca le contó a Ray que ya no estaba con ella, que había terminado su relación. Lo que menos quería era que ella se apareciera ahí y que Gerard lo viera con ella. Quería redimirse con Gee, pero las cosas se complicaban.
- Olvidé contarte Toro, terminé con Jamia
- ¡Qué! Oh... yo, lo siento. Pero ¿cómo pasó? ¿Por eso te embriagaste?
- No... sabes, hay muchas cosas que quisiera contarte, pero preferiría que sea cuando salga de aquí
- Oh sí, lo siento Frank, yo aquí con mis preguntas y tú sintiéndote de la mierda seguramente. En verdad lo siento amigo
- No hay problema Ray. Gracias por estar aquí
- Nada qué agradecer, para eso están los amigos. Gee me avisó, él lleva unos días trabajando aquí. Tendrás la mejor atención, él es una dulzura. Bueno, ya tendrás tiempo de conocerlo mejor los días que estés aquí – Dijo Ray y Frank sólo pensó que si supiera lo bien que lo conocía, tal vez ni siquiera estaría en esos momentos con él.
Justo en ese instante Gerard entró a la habitación, llevaba consigo un vaso de agua y otro pequeño vaso con unas pastillas. Frank notó la manera en que la sonrisa en el rostro de Ray se ensanchó al ver ahí a Gerard, Gee le devolvió la sonrisa, luego lo miró a él y le dio el agua y las pastillas.
- Frank, volveré más tarde ¿sí? Voy a la disquera. Gee cuidará de ti – Mencionó Ray, despidiéndose de él. Lo vio ponerse de pie y acercarse a Gerard, tomándolo de la cintura – Te veo en la casa, Gee – Escuchó decirle, y vio como dejó un beso en su mejilla, para después abrazarlo. Y Frank sintió celos, porque deseó haber sido él quien tomara así a Gerard, pero lo que mayor incertidumbre le causaba fue ese "te veo en la casa". ¿A caso ya eran pareja? Odiaba la simple idea, Gee entre los brazos de otro, y peor aún, que ese otro fuera su mejor amigo.
Y todo por ser un pendejo.