Al terminar su turno pasó a la habitación de Frank, sólo quería ver cómo estaba antes de irse. Lo miró ahí, recostado, con esos cables conectados a su cuerpo. Se acercó hasta él para mirarlo de cerca. Frank abrió los ojos.
- Gee, estás aquí – Dijo con una boba sonrisa en su rostro.
- Sólo quería ver cómo estabas
- Mejor ahora que estás aquí – Mencionó Frank.
- Me alegro. Yo... yo debo irme, Mikey me espera
- Gee ¿Puedes quedarte sólo unos minutos más? - Gerard dudó, sí, quería quedarse, pero seguramente Ray ya estaría en casa cuidando de Mikey, su hermanito lo necesitaba – Por favor. Sólo quiero abrazarte
- Pero estás conectado – Frank se orilló un poco en su incómoda cama, dejándole un espacio a Gerard para que se recostara junto a él.
- Por favor Gee – Y aunque lo dudaba y sabía que no era lo correcto, dejó sus cosas y con cuidado se subió a la cama junto con Frank, necesitaba tanto que lo abrazara. Que le hiciera sentir que todo iba a estar bien.
Se miraron, Frank pasó una de sus manos por la mejilla de Gerard – Eres hermoso – Le dijo, para después atraerlo hacia su cuerpo, pues aunque le dolía todo, lo único que deseaba era sentir a Gerard cerca, sólo eso. Sentir su calor, respirar su delicioso aroma.
Lo abrazó, lo más fuerte que sus fuerzas en ese momento le permitían. Y aunque dolía, sólo quería tenerlo así, sabía que quería tener así a Gerard para toda la vida.
- Cuando salga de aquí quiero que te cases conmigo – Mencionó Frank apenas con un hilo de voz. Gerard se separó de él para mirarlo, para corroborar si era verdad lo que acababa de escuchar o ya estaba alucinando y las horas de sueño que le quitaba el hospital le estaban cobrando factura – Quiero que te cases conmigo – Le dijo Frank mirándolo a los ojos y Gerard no supo ni siquiera qué decir – No tienes que responder ahora, sólo piénsalo. Te lo volveré a proponer cuando salga de aquí, te llevaré a un hermoso lugar y te daré el anillo más precioso que encuentre – Dijo Frank sonriendo.
- Frankie, yo... tengo que irme – Manifestó Gerard incorporándose, tomando sus cosas y saliendo de la habitación, procesando todo lo que acababa de pasar. Quería creer en Frank, de verdad quería hacerlo, porque lo amaba tanto que dolía. Y no pudo evitarlo, una vez fuera del hospital las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas ¿de verdad Frank lo amaba? ¿de verdad le había propuesto matrimonio? ¿de verdad estaba dispuesto a pasar toda su vida a su lado pese a conocer su pasado? ¿de verdad no le importaba que se hubiera acostado con decenas de hombres? ¿había olvidado ya que era una puta?