𝐄𝐩𝐢́𝐥𝐨𝐠𝐨

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Narra Leyla

Cuando Tom se fue de casa y cerré la puerta, me dirigí a mi habitación, pero el toque de la puerta me hizo pegar un pequeño salto.

Me di la vuelta y me aproxime a abrir la puerta creyendo que era Tom, tal vez se le había quedado algo, pero no, era mi padre, que llegaba después de su trabajo, según él.

Estaba desaliñado, con el cabello grado y tambaleándose un poco hacia los lados, como si no tuviera estabilidad. Era claro que había estado bebiendo.

Le dejé entrar mientras hablaba en tono alto, lo intenté calmar para que no despertase a mi madre, mas fue en vano.

Al mirar al pasillo la ví saliendo mientras se tallaba los ojos, en cuanto vió a mi padre su rostro se tornó en ira, molestia, impotencia, se veía que se sentía mal.

Mi madre respiró profundamente y me dijo que fuera a mi habitación a dormir. Le obedecí y subí las escaleras hasta llegar.

Me quedé viendo el techo mientras la lámpara de mi mesita de noche iluminaba tenuemente y mis pensamientos se cruzaban. Había sido un muy largo fin de semana, estaba cansada de tantas inesperadas cosas que habían ocurrido.

Sentí como todo se me hacia borroso, mis párpados pesaban cada vez más y caí en los brazos de Morfeo justo al instante.

🌙✨

Desperté de un brinco aún sintiendo en mi mente los gritos de mis padres. Anoche habían discutido por mi padre haber llegado a esas horas pues estaba en una fiesta de cumpleaños de un amigo.

Me froté la sien y me levanté camino a la cocina. Hoy era lunes, así que tocaba volver a ese infierno en el que se debe convivir con tus peores miedos llamado "escuela".

Desayuné más rápido de lo que lo hago generalmente, pues, a pesar de todo estaba de buen humor por haber recuperado el tiempo que llevaba sin ver a mi chico.

Me duché , arreglé y bajé las escaleras nuevamente esperando ver a mi madre, ella llegó un par de minutos después, me despedí de ella luego de acomodar mis libros, me dió mi almuerzo y me fuí a la parada del bus.

***
El día fue tranquilo, a excepción de un par de exámenes que hicimos. Era algo normal, pues ya se estaba terminando la escuela y por fin después de mucho me graduaría.

Cuando terminé las clases sentí mi teléfono vibrar, y es que Dashel y Yeni me estaban llamando para conversar como cada Lunes.

Mientras les contaba todo lo que había ocurrido y me quedaba pensando en Julie, como si de magia se tratase recibí otra llamada mientras hablaba con ellas, esta vez de mi madre, y parecía importante.

Les dije a Dash y Yeni que luego hablabamos y le contesté a mi madre.

- Di-- ni siquiera puden terminar una palabra de cuatro letras cuando mi madre asustada me interrumpió.

- Leyla... Tu tía está en comisaría. Resulta que.. - por lo que escuché mi madre comenzó a llorar, se veía demasiado asustada, y después de pensar unos segundos supe a qué se refería.

- O-o sea que Julie sí le hizo daño a Rachel?! - mi respiración se aceleró. El hecho de que odiase a esa chica no significaba que ya le deseara la muerte, tampoco era tan sádica.

Me quedé nadando en mis pensamientos hasta que mi madre me habló de vuelta ya un poco más calmada.

- T-tu padre está en camino a ti, no vos a poder recoger te en la tarde, tenemos que ir a verla, hacer algo, así que recoge tus cosas para ir lo más rápido posible... -

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