𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑻𝒓𝒆𝒊𝒏𝒕𝒂 (30)

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  Narra Leyla

  Ya habían pasado un par de meses desde que había "terminado" con Tom, y seguirá exactamente igual, me había mudado, cambiado de escuela, enfocandome en mis estudios y buscando alguien que me pareciera atractivo.
  Narra Leyla

  Ya habían pasado un par de meses desde que había "terminado" con Tom, y seguirá exactamente igual, me había mudado, cambiado de escuela, enfocandome en mis estudios y buscando alguien que me pareciera atractivo.

  Pero nada.

  Siempre era igual.

  Mis días se estaban volviendo la misma rutina de antes. Y por mucho que pensara en chicos de mi salón, a pesar de ser chicos muy agradables la mayoría y ser atractivos todos desde un punto diferente, nadie se igualaba a él.

  Después de todo, era cierto que no se merecía que volviera a sus brazos luego de lo que hizo, además de que ni siquiera sabia de su paradero, pero tambien debía aceptar el hecho, de que era lo más cercano en todo el mundo a una historia fantástica, de esas de romance que desearías vivir y gozar cada segundo, así eran mis días con Tom a pesar de que en ocasiones no nos viéramos mucho.

   Y esta era mi realidad ahora: atrapada en un circulo vicioso, del cual no podía salir, pensando en alguien que no tenía idea de si estaba vivo, pensando en alguien que me traicionó, que me complicó toda la vida, para luego marcharse...

  Ya no odiaba tanto la opción de buscar a alguien más. Y lo intentaba, buscaba con ojos de águila alguien de mi tipo...

  Pero no recordaba que desde que llegó, "mi tipo" era él...

   Me dolió el pecho de repente, pegué un ligero brinco y seguí atendiendo a las clases , había olvidado donde estaba, pero me centré e intenté seguir con ello.

  En un rato, sin darme cuenta me percaté de que había dibujado algo parecido a su retrato... Recordaba vagamente su rostro, ya que no suelo ser muy buena para memorizar caras, pero desde que de había ido había mejorado en mis dibujos. Pasaba más tiempo encerrada en mi cuarto dibujando, cosa que me recordaba a él, recordé el día del que me platicó sobre sus dibujos.. Cuando dibujaba de pequeño dinosaurios , y debo de admitir.. No le quedaban nada mal...

   De un momento a otro, me quedé mirando fijamente a la ventana. Desde que me había cambiado de escuela me sentaba casi en el fondo. En la segunda fila justo al lado de la ventana que daba al patio. Me quedé expectante, inconsciente hacia la sona mencionada, recordando cuando se había escabullido por la ventana después de vernos una tarde.

  Esbocé una sonrisa recordando aquellos tiempos con él, ya que recordar es volver a vivir... ¿Por qué no rememorar aquellos días? Aquellos días en los que hasta mis problemas me daban una sonrisa...

   El timbre del salón sonó, cosa que me hizo pegar un pequeño salto, y después de eso me marché, casi olvidando uno de mis lápices. Lo recogí y me marché rumbo a mi casa.

   Al llegar a mi casa, como siempre, miré un rato mi celular, por alguna razón aún esperaba que me escribiera, después de todo, es cierto que la esperanza es lo último que se pierde, y en mi caso... Lo único que no perdía...

  Hubiera preferido perderlo todo antes que a él.

   Cuando salí de la ducha, mientras esperaba en mi habitación hasta que mi madre me llamase a comer, me sorprendí por la repentina vibración del móvil. Alguien me estaba llamando...

    —Si? -dije contestando mi celular, el número era desconocido... Pero la voz me era... Demasiado familiar.

  —Leyley?!  E-estás ahí?! Estás bien?! S-sigues enojada conmigo?! -

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