—Lo siento—dije prácticamente ahogada, sosteniendo mi pecho y teniendo dificultad para respirar. La clase entera me miraba con sorpresa y confusión en sus rostros. ¿Qué pasa, acaso no han visto a nadie llegar tarde alguna vez?Puede, pero el problema no era ese.., era que esta era la clase del señor Kaulitz.
Me miraba con una expresión difícil de leer. ¿Estaba enfadado o es que no le importaba? Era complicado de saber.
—¿Sabe acaso qué hora es?—tragué saliva, preparada para el sermón que se venía. Asentí sin decir nada, viéndole caminar hacia mí con las manos en la espalda—Bien.., dime, ¿ha empezado la clase?
—Sí.
Parecía que le gustaba hacer de estas cosas algo mucho más profundo de lo que era realmente. Eran las nueve y cinco minutos, ¿me iba a montar el numerito por eso? Efectivamente.
—Pues hágame el favor de volver a salir y no interrumpir mi clase nunca más. No soporto la impuntualidad y menos si es sin un motivo importante.
Este tío era increíble.
Apreté los labios y me di media vuelta todo lo relajada que podía fingir estar en el momento. Cerré la puerta y le pegué una patada a la papelera de plástico duro que había a escasos metros de la puerta.
—Maldito cerdo—gruñí, alterada—Por cinco putos minutos, ¿de qué va?
Me senté en los bancos cerca de la clase, haciendo tiempo hasta que Gala saliese con Greg. Sus caras eran poemas, o eso pude ver en una ráfaga de segundo.
Oh, ¿la apuesta? Le pedí a Chelsea que me diese unos días más. No es una decisión que se pudiera tomar a la ligera y aunque dije que le diría que no.., no habría sido una respuesta definitiva.
Al final le encontré significado a esa parte de mí que me empujaba al sí; joderle, fastidiarle. Tom Kaulitz era un imbécil conmigo y qué mínimo que devolverle el gesto.
¿Arriesgado? Puede.
Mordí mi labio inferior y sin pensarlo más, busqué el número de Chelsea entre mis contactos y le escribí.
"Acepto"
Enviado.
Ya no había vuelta atrás.
Su respuesta llegó pocos segundos después. Obviamente estaba sorprendida y no lo esperaba. Yo misma pensaba igual, pero aquí estoy.
Empezaría hoy mismo, claro que sí. Gala me odiaría y por eso.., aunque no sea lo ideal, no se lo diré. No se lo diré a nadie, ni siquiera a Greg —quien me apoyó desde el primer momento y quiso que aceptase—. Esto no puede saberlo nadie, salvo Chelsea.
Y tampoco me sentía muy segura dejando todo este gran secreto en sus manos. Casi parecía una locura que estuviese confiando en una "desconocida" antes que mi mejor amiga pero.., creo que tiene sentido —por ahora—. Algún día se lo contaré a mis verdaderos amigos.., algún día.
"Tienes hasta final de curso para seducirle o habrás perdido la apuesta"
Final de curso era de aquí a nueve meses, ¡genial! Tenía mucho tiempo. Estaba nerviosa, bastante. Había tomado esta decisión tan a la ligera que ahora me daba algo de vértigo.
"¿Y si no lo consigo?"
Olía que había algo detrás de ese último mensaje que Chelsea me había enviado. Toda apuesta tiene su parte mala, ¿no?
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PROFESSOR KAULITZ
Fanfiction-Eres tan solo mi alumna. Joder, Tara-maldijo Tom por lo bajo, abrazando mis caderas sobre su cuerpo. -¿Es eso lo que te repites por las noches para auto convencerte?-me burlé, acercándome peligrosamente a su cuello. Tara Johnson y Tom Kaulitz, pr...