PROFESSOR KAULITZ

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—Ha salido la lista—comentó Gala, pausando la película que estábamos viendo.

—¿De qué?—pregunté con la boca llena de palomitas. Greg se pegó a ella, ojeando ambos la pantalla del teléfono de Gala en busca de la lista publicada en el portal de la universidad.

—De la gente que irá al viaje—respondió Greg, mirando la pantalla.

No me importaba. De hecho, prefería no saber absolutamente nada acerca del viaje.

No había podido reunir el dinero. Estuve pensando durante toda la noche pero no se me ocurría nada. ¿Vender fotos de pies? Mucho lío, quizá para la próxima. ¿Sex tape? ¿Con quién, con Tom? Claro, buenísima idea. Pensé en vender algo y mentir, decir que es un objeto antiguo con valor incalculable.., pero era una idea tan estúpida qué tan solo me quedaba reírme de mi propia desesperación.

Los días pasaban y el dinero no llovería del cielo, así que me rendí cuando quedaba día y medio para pagar el viaje y acepté la derrota.

—Tara—dijo Gala, dándome un toque en el hombro. Me giré para mirarla, expectante—Sales en la lista.

—¿Qué? Una mierda—exclamé, dejando a un lado el bol de palomitas que había proclamado mío y haciendo que tambalease sobre mis piernas—No puede ser, no lo llegué a pagar.

—Pues alguien debe haberlo hecho—carcajeó Greg, mirándome—Tu nombre sale bien clarito; Tara Johnson.

¿Quién había pagado mi viaje? Mejor aún, ¿Por qué hacerlo y no decírmelo?

—Pero eso es imposible—exclamé de nuevo, alzando ambas cejas en sorpresa—De verdad, yo no he sido.

Entonces empecé a buscar responsables en mi cabeza, yendo uno por uno. Mi madre quedaba descartada, así como Gala y Greg —quienes son estudiantes, partiendo de esa base y sus familias son humildes.., tampoco iban a pagarme un viaje de 300 euros por mi cara bonita—, tan solo me quedaba mi hermana.., ¿Podría haber sido ella? Tiene el dinero y ya se ofreció a pagarlo, pero si hubiese sido ella, me lo habría dicho.

—Puede que haya sido tu hermana—comentó Gala, rompiendo el silencio—Ella quiso que fueses, ¿no?

—Sí, pero no me dijo nada—contesté dudosa, pensativa—Puede que haya sido ella, no lo sé.

—¡De puta madre! ¡Nos vamos a Alemania!—gritó Greg con ilusión, alzando la voz de tal manera que toda la familia de Gala pudo oírle—Dios, qué ganas de conocer a un buen alemán.

Alemán.., Tom. Mi alemán. Podría ir con Tom al viaje. No pude evitar sonreír ante ese pensamiento. De repente, toda mi ilusión por ir volvió, atravesándome como una bala. Quería verle, tenía ganas. Sin embargo, sabía que estaba ocupado —como los últimos tres días— y no podría estar con él a solas por mucho que quisiera.

—¡No chilles! Mi madre me matará—siseó Gala entre pequeñas risas—Tampoco quiero que piense que vamos allí en busca de tíos.

—Es que vamos en busca de tíos—clarificó Greg con diversión e ilusión en sus ojos.

Habla por ellos.., porque yo ya estaba bien servida.

20:21 pm.

—¡Ya estoy en casa!—exclamé contenta, dejando el bolso en la entrada, junto con las llaves. Mi madre no estaba, estaba trabajando un turno extra y tan solo quedaba mi hermana, quien no dudó en aparecer al saber que había llegado.

—¿Y esa felicidad? Llevas días con la cara larga—carcajeó Lea al verme sonreír tan ampliamente. Me abalancé sobre ella, decidida a agradecerle que me hiciese el favor de pagarme el viaje—¡Hey!—rio—¿Y esto? La última vez que me diste un abrazo estuviste años sin verme.