-16-

1.2K 89 21
                                    













—Hey, Tara—me giré, quedando frente a James, un chico que había llegado hace unos días por un traslado de universidad.

Era bastante guapo, muchísimo. Tenía unos ojos grandes verdes adornados con largas pestañas. Su pelo era de un tono rubio apagado y tremendamente alto, quizá rozando los dos metros.

Dulce, amable y educado.., ¿qué más se puede pedir en un chico?

Se sentó a mi lado en la primera clase el lunes, al comienzo de la semana al incorporarse en la universidad y nos llevamos bien al instante.

—James—le saludé con una sonrisa.

—He pensado que esta tarde podríamos ir al centro comercial a tomar algo—parecía nervioso, rascándose la nuca con una pequeña mueca en su rostro—Si te parece bien, claro.

—Por supuesto—respondí sin dudar, manteniendo la sonrisa—¿Te parece bien sobre las cuatro? Quiero tener tiempo para comer y prepararme.

—Genial, ¿te recojo?—asentí—Escríbeme después y pasaré a buscarte.

Con eso, el chico se dio media vuelta y se fue en la dirección opuesto a la que yo iba. Gala, que caminaba a mi lado y había sido violentamente ignorada, me miró con una ceja elevada.

—James, ¿hmm?—rei, mordiendo mi labio inferior—Últimamente siempre os veo juntos.

—Es porque acaba de llegar a California y aún se pierde por la universidad—me justifiqué. Gala se echó a reír y me dio un leve golpe en el brazo—¡Oye!

—Ambas sabemos que no es la razón—chasqueé la lengua, rodando los ojos con diversión—¿Te parece guapo?

—Lo es—la corregí—Y no es solo eso, también es muy amable y me siento cómoda.., pero después de lo de Dan, realmente no busco nada, tan solo una puta amistad.

Dan.., no había vuelto a saber nada de él. Habían pasado dos semanas desde que Tom vino en mi ayuda aquella noche y desde entonces, ni rastro de él. Supongo que le asustó mucho que alguien como Tom —que estaba bastante musculado e imponía— le estuviese amenazando.

Y me alegraba, porque me sentía mucho mejor así.

—Me alegra oír eso—celebró Gala con una sonrisa cálida y abrazándome por el hombro derecho—Te vendrá bien estar sola y preocuparte solo de ti misma.

Desgraciadamente, esa última parte no podría cumplirla.

Seguía pensando en Tom. Ya había pasado un mes justo desde que me acosté con él y los días pensando en él solo se sumaban. ¡Incluso me había masturbado un par de veces pensando en él! No me culpéis, el recuerdo se mantiene demasiado vivo en mi memoria todavía.

Sin embargo, la relación que ahora manteníamos era estrictamente académica. Era cierto que se le notaba más relajado en mi presencia, más libre. Quizá el haber hablado ese pequeño rato antes de que llegase mi madre le ayudó.

A él, porque yo seguía sintiéndome igual.

Seguía teniendo las mismas ganas.

—¡Ya están las notas del parcial de alemán!—exclamó Greg al llegar a nosotras, hecho un manojo de nervios—¡Dios, no puedo mirar!

PROFESSOR KAULITZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora