Alexander Orión es un empresario hotelero que en el 2019 tuvo un accidente en su auto, el cual le hizo perder la vista.
Ava es una estudiante a maestra y mejor amiga de la ex prometida de Alexander, un día ella descubre que ella planea dejarlo solo...
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Alexander, un poco enigmático frente a la situación, decidió dar el primer paso—¿Cómo te fue en tus exámenes?.
Muy bien, aunque pudo ser mejor — la joven se acercó a Alexander y lo tomó del brazo — vamos a salir, te guiaré a la salida con calma.
— ¿Adónde vamos?
— Iremos a comer a un lugar.
— ¿Qué lugar? — expresó curioso.
— Lo sabrás cuando lleguemos.
Luego de salir del edificio, la chica lo llevó a una parada de autobús. Alexander, un poco nervioso ya que era su primera vez viajando en autobús, se tragó su orgullo y continuó fingiendo ante la incertidumbre y los nervios. Al subir, le ofrecieron el asiento, cosa que no creyó merecer. Se sentía culpable al ver a algunas personas con problemas de salud allí paradas, por lo que avergonzado exclamó que podía ponerse de pie y continuar así el viaje.
— No te preocupes, querido — exclamó una señora mayor —, tú siéntate y quédate tranquilo, tu novia ya se dio su asiento, además estos asientos están destinados a personas como tú.
Las palabras de aquella mujer le carcomieron el alma, aún así, para no sufrir algún tipo de reprimenda, decidió quedarse en silencio.
Después de unos treinta minutos en autobús, al fin llegó el momento de bajar. Algunos de los pasajeros fueron amables al ayudarle a bajar. Luego de un poco de caminata, pudo notar que ingresaban a un bar donde el mesero atentamente les entregó una carta, una escrita normal y la otra gracias a indicaciones en braille.
— ¿Alexander, sabes qué es el braille? — consultó con una pequeña sonrisa la joven mientras el mesero les entregaba la carta.
— Es una forma de escritura — expresó enigmático — ¿por qué?
— Hace unos días mi jefe me habló de este lugar y decidí que sería buena idea traerte. Además, quiero hacerte una propuesta — tomó aire y expresó — hay muchas cosas que aún sin ver puedes hacer, como leer, por ejemplo.
— Eso lo sé, pero...
— Espera, aún no termino — tomó su mano con ternura y dijo — mira — guio sus manos por el papel — tal vez sea difícil, para mí también es un poco raro, pero mientras trabajaba busqué un poco de información, ¿te parece aprender juntos?.
En ese momento, en esa pequeña fracción de segundo, Alexander tiraría todo por la borda — tengo que decirte algo.
— Dime.
<< Realmente vas a odiarme por esto, pero no quiero mentirte ≥>,— verás yo …
Fue interrumpido por el mesero quien preguntó si deseaban ordenar.
— Sí, quiero esto y Alexander, ¿quieres que te lea la carta?.
— No, está bien, tal vez sería mejor que tú elijas.