En una pequeña plaza, mientras niños jugaban y los adultos paseaban, las jóvenes almas, una llena de tristeza y la otra confundida, observaban en silencio a un par de jóvenes amantes que paseaban tomados de la mano.
— Tú — suspiró aún con los ojos hinchados después de tanto llorar — debes pensar que soy patética.
Antes de poder contestar, una pelota golpeó sus pies y un niño pequeño se acercó a él:
— Perdón, señor, ¿me da la pelota?
— Aquí tienes — el niño agradecido le saludó al marcharse y mientras lo hacía, él soltó — si soy honesto no entiendo lo que acaba de pasar, al menos no todo, pero — la miró — tú no eres Claris, ¿verdad?
— No— exclamo con la voz quebrada y con una mirada básia.
— Entonces, ¿por qué?— se coloco delante de ella y la miro con rabia.
— Ese día, yo lo vi tan solo e indefenso que creí que debía ayudarlo— suspiro —al menos creí que si me aseguraba de que pudiera valerse por sí mismo podría decirle la verdad.
— No, no estoy comprendiendo el porqué— gruño.
— Ella en principio lo dejaría solo y se supone que con eso le daría a entender que no quería verlo, pero tomé su lugar — respiró hondo y vio caer de los árboles de la plaza varios pétalos de flores — es estúpido si lo piensas bien, después de todo fingí ser otra persona solo para no causarle dolor a alguien y aun así, terminé herida yo — se levantó , se acercó a el y abrió un poco sus brazos — adelante, puedes decirlo, soy una mentirosa, una estúpida que solo piensa en sí misma — con la voz quebrada continuaba expresando su dolor — aun así te juro que — golpeó su pecho y con lágrimas en los ojos dijo — te juro que lo amo, jamás, nunca podría lastimarlo, pero ¿por qué?, ¿por qué justo ahora y no antes? Cuando no sentía nada, ni siquiera tuve oportunidad de decirle mi nombre sabes!.
Daniel, impotente, no sabía qué decir. Cada palabra, cada lágrima que ella derramaba era un puñal en su corazón, pero al mismo tiempo una gota de esperanza hacia su amor. De todas maneras, solo pudo quedarse inmóvil ante su angustia y, luego de un poco más de angustia, cuando al fin se calmó, solo la acompañó a un taxi y la vio partir.
— ¿Qué se supone que haga ahora? — suspiró al verla irse.
Por otro lado, en el departamento de Alexander, la verdadera Claris se encontraba en un estado de shock y rabia.
— ¿Qué dijiste?
— Ah, Claris, yo…— trato de ayudarla a levantarse.
— Suéltame — bruscamente apartó sus manos y, atónita, comenzó a mover sus manos y piernas en señal de un ataque de ansiedad.
— Claris, respira — soltó preocupado al tratar nuevamente de acercarse.
— No me toques — gritó — ¿por qué? Pensé que… — su respiración comenzaba a cortarse cada vez más— voy a vomitar...
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CARESS THE HEART
RomanceAlexander Orión es un empresario hotelero que en el 2019 tuvo un accidente en su auto, el cual le hizo perder la vista. Ava es una estudiante a maestra y mejor amiga de la ex prometida de Alexander, un día ella descubre que ella planea dejarlo solo...