Alexander Orión es un empresario hotelero que en el 2019 tuvo un accidente en su auto, el cual le hizo perder la vista.
Ava es una estudiante a maestra y mejor amiga de la ex prometida de Alexander, un día ella descubre que ella planea dejarlo solo...
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Cuando la joven Ava terminó su trabajo en el café, tomó sus cosas y se dirigió ansiosa a la parte trasera del lugar, donde la esperaban los muy turbados Claris y Daniel, que aún se ignoraban el uno al otro, sintiendo una exasperación abrumadora.
Al verla llegar ansiosa, Claris se acercó a ella — Ava — la tomó del brazo — escucha, sé que estás asustada, pero — su pecho se movía de arriba abajo al mismo tiempo que jadeaba. Al no obtener respuesta de la joven, la tomó de los brazos con fuerza e intentó hablarle.
Daniel, aturdido, de pronto accionó y la separó con un pequeño movimiento de manos — la estás asustando — vociferó con d— pues ante sus ojos era notable que Ava se encontraba en un estado de shock.
Claris respiró profundo, suspiró y lentamente volvió a acercarse, aun si Daniel intentaba interponerse. Ella solo siguió adelante y al llegar frente a Ava, abrió sus brazos y esta la abrazó, para apaciblemente expresar — Ava — continuó aferrándose a ella con un poco más de fuerza — está bien, ¿recuerdas cuando me sentía mal? — comenzó a mover su mano sobando su espalda — dijiste que, mientras estuviera respirando y si hubiera tenido sueños, podría lograrlo todo, ¿recuerdas? — se separó lentamente y la miró a los ojos — el día que nos hicimos amigas, dijimos que seríamos felices, que intentaríamos vivir y tener una familia. Sí, sé que no hemos tenido la oportunidad de hablar desde que, bueno — suspiró un poco cansada — la verdad es que aunque me molesté al principio, creí que era mejor si lo olvidaba, pero tú fuiste y tomaste mi lugar, te hiciste cargo de mi error y te lo agradezco — sonrió levemente — pero, así como fuimos amigas una vez, déjame ayudarte como tú lo hiciste en el pasado, porque — mirándola a los ojos soltó con la voz quebrada — sé que, si yo estuviera en problemas de nuevo, tú, aun si no quisieras verme, aun si yo te lastimara como lo hice con él, tú estarías para mí. Por nuestra antigua amistad, Ava, te digo que reacciones y me digas qué hacer, te pido que me dejes ayudarte.
Ava, aún con la mirada perdida, al escucharla hablar no pudo más, la miró a los ojos y comenzó a llorar — tengo miedo, él — soltó con la voz quebrada — pensé que podía ser libre, que se había acabado, ¿por qué? — sus piernas comenzaron a temblar — yo, él va a...
— Mírame, Ava — soltó inquieta — no va a pasar nada.
— No lo sabes, él — cayó al suelo llena de angustia — no va a dejarme en paz, él va a venir de nuevo, no quiero, otra vez no.
Daniel, impotente ante aquella escena, respiró hondo y olvidó todos aquellos pensamientos de odio. Se acercó a ambas y dijo — las ayudaré.
— ¿Qué?
— Dijiste que ese hombre quiere dañarla, ¿verdad? — Así es.
— ¡No! Él no puede — soltó Ava nerviosa — no tienes nada que ver, además ya no.
— Si lo dices por mi hermano, yo no le diré nada, esto quedará solo entre nosotros.
— No — expresó entre lágrimas — si él se entera de que me ayudas o que sabías quién era, no quiero separarlos yo.
