Mi día comenzaba de la peor manera posible, escuchando a mi hermano gemir en la habitación de al lado con alguna de sus nuevas novias. Era ridículamente asqueroso y demasiado normal para mi.
Vivir con Jackson podía ser lo más divertido del mundo, o lo más incómodo. No lo juzgo, mamá es igual de atrevida y fiestera que él. A veces me daban ganas de volver a Seúl con papá, esa fue unas de las razones por las que probé a entrar en la universidad de Seúl.
Pero tenía poquísima fe de entrar. No era la mejor estudiante, pero me quería especializar en Licenciatura en Producción Musical. Amaba la música y toda mi vida se basaba en la música. Mi madre es profesora de conservatorio y desde pequeña la he acompañado en sus funciones y ensayos.
Mis padres llevan divorciados desde que tengo diez años, a él no le gustaba el ambiente de Madrid y a mi madre no le gustaba el ambiente que había en Asia. Cuando nació mi hermano, ellos dos vivían en China, aunque papá es de Busan. Pero después él decidió acompañar a mi madre y mudarse a Madrid con el nuevo trabajo que le habían dado a ella.
Tras más de doce años viviendo aquí, se dio cuenta de que no soportaba seguir lejos de su país y le dieron un buen puesto en el hospital de Seúl, como neurocirujano.
No se lo pensó mucho, ya que la relación que tenían mis padres era extraña y poco afectiva. Era de esos casos que ves a distancia que no están hechos el uno para el otro… pero ambos se quieren de forma diferente. Nunca escuche a mi madre hablar mal de mi padre y viceversa.
Mi madre siguió su vida como soltera y mi padre encontró una nueva pareja con la que comparte una hija. Lo único que sé de su pareja es que tiene otro hijo mayor que yo y a Danielle a quien sí conozco en persona. Mi padre la trajo dos veranos a pasarlos con nosotros y me agrada tener una hermana pequeña.
Me puse la almohada en la cara, intentando no escuchar los horribles gemidos de esa pobre chica bajo el embrujo de Jackson Wang. Pero fue inevitable no escucharlos. Me puse en pie refunfuñando y me adentre en mi baño, me daría una ducha larga.
Tras salir de esta y vestirme con unos jeans básicos y una camiseta blanca aún más básica, salí hacia la cocina en la planta de abajo. Me preparé un café con la máquina cafetera que me regaló mi padre en mi anterior cumpleaños, fue el mejor regalo del mundo.
Apoyé mis codos en la barra americana, mientras tomaba mi café caliente entre mis manos. Estábamos a finales de enero y hacía bastante frío. Mis ojos fueron a parar a las escaleras de la casa, donde bajaba mi hermano con una toalla a la cintura y el torso al descubierto. Rodé los ojos ante su enorme ego, ese tipo adora mostrar sus tatuajes y abdominales como si fuera lo más valioso de su cuerpo.
—- J Wang te vas a enfermar y no me pagan por hacer de enfermera…
Solté el café en la encimera y tomé una mejor postura. Crucé mis brazos debajo de mis pechos y abulte los labios con actitud sarcástica.
—- Oh mi querida hermanita velando por mi salud, esto es nuevo.
—- Si velará por tu salud, te recomendaría hacerte una prueba de ets… Espero que al menos uses gorrito con todas esas tipas.
El rodó los ojos para después robarme el café y huir a toda prisa, pero perdiendo la toalla por el camino y dejándome apreciar su trasero. Es tan random esa persona que se hace llamar mi hermano.
Durante la mañana me quedé leyendo en la sala, ignorando cualquier ruido a mi alrededor. Sobre todo al loro de mi madre, no me refiero a ella como tal, si no a su loro literalmente. Ese pajarraco sólo sabe insultarme… gracias al programa favorito de mi madre;Las Kardashian. El maldito loro aprendió insultos y yo soy la que los recibe.
En la comida por fin estuvimos los tres, mamá llegó con comida ya hecha de su restaurante chino favorito. La verdad es que ella no sabe cocinar ni un huevo frito, así que, o cocinamos Jackson y yo o se compra comida ya preparada.
—- ¿Y bueno te han respondido ya de alguna universidad, Lena? —preguntó mi progenitora, acomodando los palillos en sus manos.
—- Pues… la verdad es que no lo he mirado, pero no le tengo mucha fe. —Solté los palillos y recostó mi espalda en el respaldo de la silla.— Creo que me tocará trabajar en el bar de Alex, hasta poder echar de nuevo la plaza para el año que viene.
—- No seas negativa nana, si te aceptan en la uni yo mismo te llevaré a Seúl… Me apetece ver a papá.
Saqué mi móvil y lo acomodé en la mesa con miedo. Ellos dos me miraban expectantes, entré en el correo y busqué entre el spam alguna noticia acerca de la uni. Me asuste al ver que si tenía un correo de ellos… por mi mente solo paso la idea de que sería una carta de agradecimiento por haber intentado entrar.
No podía leer, así que se lo pasé a Jackson y me llevé las manos a la boca esperando su respuesta. El comenzó a leer y a poner muecas, hasta que sus ojos se abrieron como platos, ignorando sus rasgos asiáticos.
—- ¡Dios mío, entraste! ¡Wow no sabía que dejaban entrar a personas sin cerebro! Es tu día de suerte hermanita.
No tardé en levantarme para pegarle, mientras él suplicaba que no le tocase el pelo…
Y así fue como empezó mi nueva aventura, sin nisiquiera saber cómo era posible que un lugar tan prestigioso me hubiera aceptado.
❅─• 「 」 •══••✧๑♡๑✧•ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡ ۣۣ፝ۜ͜͡ஓ♡
Ya termine el primer capítulo jsjsjs
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Ladrón de bragas +18
HumorLena una joven de apenas veinticuatro años, se muda a un barrio residencial tras matricularse en la universidad de Seúl. la joven tras pensarlo mucho, alquilo una habitación en una de esas casas residenciales. Se podría decir que era un barrio de c...