Íbamos por el tercer mes de Songi, pensamos que cada vez sería más fácil. Pero no era así, Yoongi cada vez estaba más agobiado con el trabajo y esta semana yo comenzaba mis clases. Debía retomar las calles perdidas a pesar de estar en vísperas de Navidad. Tenía una semana llena de exámenes y bastante jodidos.
Debía recuperar demasiadas clases y no sabía cómo iba a lograrlo. Me había dado una buena ducha, mientras Yoongi se hacía cargo de Songi y preparaba la cena. Hoy estuvo todo el día fuera, llegó agotado pero en cuanto pude le emplumé a la chillona. Yo ya la soporte todo el día.
No me mal entiendan, la amo, pero es agotador tenerla todo el día. Y más si mi madre aún anda por aquí. Conseguimos que solo viniera por la mañana, para ayudarme. Aunque más que ayudarme me desespera.
Salí de la habitación, tras secarme el pelo. No pude evitar reír al ver al pelinegro desesperado. Llevaba a la pequeña en brazos, la acunaba mientras intentaba cocinar un poco de ramen. Su cabello estaba despeinado y tenía la camisa toda arrugada con la mayoría de botones abiertos. Songi tiraba de esta, mientras chillona.
Es una imagen que jamás pensé ver en él, al inicio del curso universitario. Pero qué ahora me gustaba.
—- ¿¡Ah Songi te tiraste un pedo!?
—- Yo ya cambié tres pañales, te toca a ti. —Solté antes de que pudiera llamarme.
Lo único que Min Yoongi apenas hace, es cambiar pañales. Siempre huye cuando le toca cambio.
—- Ah odio hacerlo… ¿te encargas de terminar la cena? —preguntó mientras salía de la cocina y se arrodillaba al lado del sofá, dejando a la pequeña sobre este.
—- Ya me encargo.
Me metí en la cocina y terminé de emplatar el ramen en dos bol blancos. Los llevé a la mesa de la sala, justo el chico llegaba con la pañalera. Me senté en el sofá a observarlo cambiar a la pequeña, es demasiado gracioso.
La había acomodado ya encima de su toalla de cambio y tenía a su lado las toallitas, la crema y el pañal nuevo
—- Aah no puedo esto huele horrible.
—- Yoon no seas exagerado. —Reí al verlo sufrir y soltar varias muecas de asco.
—- No estoy preparado para esto… ¿Cuantos más pañales tendremos que cambiar?
—- Más o menos hasta que Songi cumpla unos cuatro o cinco años…
—- Aaah no… ¿¿por qué tanto??
—- No seas dramático, tú apenas le cambias uno al día. Yo mínimo cambio cuatro.
El rodó los ojos, para ponerse por fin a cambiar el pañal, pero entre muecas de asco. Pasaba la toallita evitando mirar.
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Ladrón de bragas +18
HumorLena una joven de apenas veinticuatro años, se muda a un barrio residencial tras matricularse en la universidad de Seúl. la joven tras pensarlo mucho, alquilo una habitación en una de esas casas residenciales. Se podría decir que era un barrio de c...