El mismo día del alta de Lena, terminamos yendo a cenar a casa de mi padre. Woozi había pedido unas pizzas, para que no fuera mucho lío.Mi padre quedó fascinado con la pequeña, según Woozi, él llevaba todo el día en la cama bastante mal de ánimo. Pero conocer a Songi le animó a salir de su habitación.
Esa cena fue bastante amena, volví a acercarme a Woozi y pudimos conversar sobre el estado de nuestro padre. Durante toda la semana siguiente nos mantuvimos en contacto sobre la salud de nuestro padre. Mantuvimos a Yunjin fuera de esto, ambos creímos que era innecesario preocuparla.
Mi situación con Lena no había cambiado, seguíamos ambos bastante distantes. Lo único que hacíamos juntos era dormir o criticar a la chillona. El apodo que ambos usamos para nuestra hija. Que extraño suena eso, tengo una hija… Creo que tardaré en hacerme a la idea de eso.
Lo que si me fastidiaba, aparte de dormir máximo cuatro horas al día… Era tener a la madre de Lena por aquí, llevaba varios días apareciendo por nuestro apartamento. Y es obvio que yo no le agrado lo más mínimo, ni siquiera me deja acercarme a mi propio bebe.
Me sigo a mi mismo qué debo tener paciencia, pero no llevo muy bien eso de que vengan a mi casa, me den órdenes y encima toquen mis cosas a su antojo.
Definitivamente lo odiaba.
La odiaba tanto que nada más aparecer ella por casa, sabía que debía irme o por lo menos no estar en la misma zona de la casa que ella señora. Para colmo, ni siquiera la entendía la mayoría de veces, ya que me criticaba en su idioma.
Lena se disculpa siempre por la actitud de su madre, pero no lo frenaba. Hasta ella se ve incómoda cuando esa mujer empieza con sus cosas.
Me levanté de la cama al escuchar movimiento por la sala. ¿Qué diablos pasa ahora? Escuchaba a Songi llorar y palabras en otro idioma. Nada más poner un pie fuera de la habitación, se me arrugó la cara al ver a esa mujer.
Ya desde por la mañana estaba en mi maldita casa. El gato se me subió a los brazos asustado, mientras esa mujer le gritaba.
—- Ya mamá lo estás asustando. —pidió Lena, desde el sofá, dando el pecho a Songi y haciendo callar a la pequeña.
—- Ese bicho solo trae enfermedades.
Me sentí ofendido, nadie le habla así a mi gato.
—- Ay mamá, Jackson también tiene gato en casa.
—- Pero no un gato pulgoso de la calle.
—- No es un gato de la calle y tiene sus vacunas al día, señora Martín. —recalque defendiendo a mi gato.
Solo yo puedo llamarlo pulgoso y hasta el momento no ha dado ninguna clase de problema con Songi. Se acerca a ella y la observa por horas, pero nunca le ha hecho algo. Además de que esta señora se está quejando de su mísera existencia, no de algo que esté haya hecho.
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Ladrón de bragas +18
HumorLena una joven de apenas veinticuatro años, se muda a un barrio residencial tras matricularse en la universidad de Seúl. la joven tras pensarlo mucho, alquilo una habitación en una de esas casas residenciales. Se podría decir que era un barrio de c...