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Subí a su coche huyendo de la lluvia, él imitó mi acción en la posición del conductor

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Subí a su coche huyendo de la lluvia, él imitó mi acción en la posición del conductor. El camino estuve en silencio, mientras él sonido de la intensa lluvia inundaba nuestros oídos.

Sin duda era una tormenta bastante fuerte. No fue buena idea dejarle salir de casa, debí fingir estar mal y obligarle a quedarse. Pero no, mi brillante idea fue acompañarlo.

Tras veinte interminables minutos llegamos a la mansión, él me dijo que no saliera del coche. Pero lo ignoré y salí. No iba a dejarlo solo con un tipo drogado, sabiendo que él peliverde es de mecha corta y demasiado sarcástico. Además de estar muy molesto y cualquier cosa que diga Mark puede tomarlo mal y actuar mal.

Caminaba por los pasillos de esa enorme casa, agarrada al brazo y sintiendo los nervios como un nudo en el estómago. Escuchábamos música un tanto sensual, contrario a la otra fiesta que hizo. El señor que deduzco que es el mayordomo nos señaló una de las puertas, caminamos hacia esta y el chico fue el primero en pasar.

Me quedé atónita al ver ese ambiente tan…  Tan turbio a mis ojos. Eso parecía ser una extraña orgia, donde todos se besaban con todos. Debían de ir hasta arriba de alcohol y drogas, lo deduzco por la cantidad de botellas de alcohol medio vacías sobre la mesa de cristal, las bolsitas vacías de las pastillas y los restos de pollo blanco.

En definitiva, no me gustaba un pelo el ambiente.

Mark reparó en nosotros, se acomodó bien el boxer tras dejar a la tipa con la que estaba intimando. Mi vista bajo al suelo, a este tipo de gente es mejor no mirarla en ese estado. Pueden pensar que los estás retando. 

—- ¡Suga, al fin llegaste!

—- Te traigo tu mierda, paga y me voy.

—- Quédate un rato, justo estamos en la mejor parte de la fiesta y veo que vienes bien acompañado.

—- Ya denegue tu oferta la otra vez, y de nuevo la deniego. —Sentenció el peliverde, apartando la mano que Mark le había puesto en el hombro.— Además mi novia se encuentra mal y debe ir a casa.

Esto se estaba poniendo muy tenso y debíamos salir de aquí rápido. El tipo puso una mueca confusa, se ve que no está acostumbrado a que le digan que no. Apreté más mi agarré al brazo de Yoongi, él estaba muy tenso. Pero fingía esos nervios bastante bien, se mantenía con la cabeza bien alta.

—- No me gusta que me nieguen, pero lo dejaré pasar porque trajiste la mercancía. Aquel tipo tiene el dinero, espero verte en la pelea que kunno quiere tener.

—- Ya le dije que este fin de semana no estaré.

—- Qué sea el próximo,  apostar por ti.

El peliverde se limitó a asentir con la cabeza. Se despidió de Mark tras darle las pastillas y nos acercamos al tipo que tenía un maletín. El chico lo agarró y ambos salimos de ahí lo más rápido que podíamos. Entramos en el coche corriendo para no mojarnos, algo bastante imposible con lo fuerte que estaba lloviendo. Arrancó el coche y comenzó el trayecto a la universidad.

Ladrón de bragas +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora