Nuestro último día de camping al fin llegó, tras pasar tres noches y cuatro días, por fin nos íbamos a casa. Aunque eso de “casa” era relativo.En mi caso iría a casa de los Min, donde se supone que ahora está también el propio señor Min… Eso iba a ser un poco incómodo.
Tenía la opción de quedarme en la hermandad, pero una parte de mi no quiere dejar a Yoongi solo y tampoco quiero estar bajo el mismo techo que las hermanas Won.
Terminamos de recoger nuestras cosas y Sejeong me llevó a mi primero a casa de los Min. Yunjin no quiso quedarse, según ella tenía que concentrarse en estudiar y con tanta testosterona Min, no iba a poder hacerlo.
En eso no había caído, ahora Woozi también está en la casa. Pero ya era demasiado tarde para volver a subir al coche de Sejeong. Ya estaba en el porche de la casa y encima hoy llovía como si el mundo fuera a destruirse.
Entré antes de que me mojara aún más y caminé con la pesada maleta hasta la sala. El primero en reparar en mi fue Yoongi a quien me costó distinguir por su cambio de color en el pelo. Ahora lo tenía negro y despeinado, en este momento si se puede decir que los tres hermanos son putos clones.
El me abrazó, como si llevara dos años sin verme. Mentiría si dijera que no me gustó estar entre sus brazos después del frío que había sentido ahí afuera bajo la lluvia. En cuestión de horas el clima con la lluvia había bajado demasiado y encima estaba mojada.
Yeongi no tardó en acercarse feliz para meterse entre nuestras piernas queriendo añadirse al armario. Cuando me separé de Yoongi no tardé en agacharme para llevar toda mi atención al pequeño. Este pareció tener tantas cosas que contarme, que ni le salían las palabras de forma coherente.
El ahora pelinegro me ayudó a subir la maleta, mientras yo llevaba en brazos al pesado Yeongi, cada vez pesa más. Lo dejé sentado en la cama, mientras comenzaba a contarme lo divertido que fue jugar con Woozi al escondite. Por el contrario, Yoon se encargaba de abrir mi maleta y de agarrar las prendas que estaban apartadas para lavarlas. Sentía que estaba siendo demasiado detallista, para que yo no recordará lo último que pasó cuando estuvimos juntos.
Pero yo no podía evitar recordarlo de nuevo.
El chico salió de la habitación llevándose esa ropa y quedándome sola con el pequeño.
—- Noongi te echo mucho de menos, tanto que me dejó dormir con él y abrazarlo.
Eso sí era una novedad, el peliverde solía evitar el contacto físico con Yeongi. Siempre ponía excusas para no tocarlo de forma cariñosa. Solo lo hacía cuando este ya estaba dormido y solía ser para traerlo a la cama
—- Oh ¿en serio te dejo?
—- ¡Si! Me dejó dormir aquí con él, creo que tenía miedo.
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Ladrón de bragas +18
HumorLena una joven de apenas veinticuatro años, se muda a un barrio residencial tras matricularse en la universidad de Seúl. la joven tras pensarlo mucho, alquilo una habitación en una de esas casas residenciales. Se podría decir que era un barrio de c...