Me había embarcado en la aventura de mi vida y encima acompañada por el imbecil de mi hermano. No íbamos a quedarnos juntos, él solo viene para huir de una chica que no lo deja en paz y se quedará en casa de papá.
Por el contrario, yo voy a estudiar y prefiero quedarme en una de las habitaciones de la residencia. Había estado toda la semana buscando habitación, tenía varias opciones a elegir. Si una habitación en uno de los edificios o una habitación en una de las casas de las fraternidades.
Tras hablarlo con mi padre y el hablarme de sus magníficos años en su fraternidad, terminó por convencerme. Son más liberales e independientes, que las habitaciones de los pisos. Aparte de que encontré una que hasta costaba de una pequeña terraza a la que sólo yo tendría el privilegio de entrar. Para algo pago más de alquiler y para eso busqué un trabajo alternativo a mis clases.
Mis padres solo se harían responsables de mi comida, así lo pedí yo misma. No quería que ellos me pagarán todo y trabajando sumaría cosas a mi currículum. Solo esperaba que fuera un lugar tranquilo. Por eso decidí ir a Seúl y no a Estados Unidos. Aparte de por mi padre.
Sería mi primer trabajo y encima me lo había buscado Jackson mediante un amigo suyo que estaba en la universidad de Seúl. Miedo me daba el trabajo que fuera.
Nada más aterrizar, mi padre nos esperaba junto a Danielle y otro chico al que no conocía. No dude ni un segundo en correr a los brazos de mi padre con una enorme sonrisa en la boca. Llevaba demasiado tiempo sin verlo y amaba muchísimo a mi padre. Jackson se unió al abrazo tras mi espalda, recordando a los antiguos abrazos que nos daba mi padre al regresar del trabajo.
Mentiría si dijera que no añoro a mi padre, lo añoro cada día. Pero crecer y hacerse adulto hace que ya no le prestes tanta atención a eso que tanto añoras hacer, pero que ahora es considerado algo infantil e inmaduro.
Ahora si digo que añoro a mi papá y sus abrazos, solo parezco infantil y una niña de papá. Algo tan estúpido.
Disfruté de ese abrazo, hasta que nos separamos. Danielle también me abrazó feliz de volver a verme. Había crecido un poco desde unos meses atrás cuando vino de vacaciones a Madrid. Esa niña parece tan madura.
Hice contacto visual con el joven, que sonreía enternecedor mirando el reencuentro familiar. ¿Quién diablos era ese tipo? Mi padre pareció leerme la mente, ya que reacciono y señaló al joven.
—- Ah chicos, él es Jeonghan, el hijo de mi mujer.
Nos hicimos una reverencia mutua, mientras nos dábamos un apretón de manos.—- Estudia en la universidad de Seúl, así que si tienes algún problema allí él podrá ayudarte. Es su tercer año, así que conoce bien el lugar.
Me limité a asentir con la cabeza, aún me sentía muy tímida. No sé me da bien socializar, de hecho esa es una de mis metas a cumplir aquí. Conseguir al menos tres amigos.
Seguimos a mi padre hacia el parking del aeropuerto, Jackson y Danielle iban hablando con él. Y yo unos pasos más atrás, tirando de mi pesada maleta y además llevando una bolsa grande encima.
—- ¿Necesitas ayuda? Puedo llevarlo por ti.
El tal Jeonghan parecía también bastante tímido, me limité a asentir dejándole mi bolsa y susurrando un pequeño “komawoyo”. Él sonrió por mi penoso coreano y ambos retomamos el camino tras mi padre y el resto.
Subimos al coche de mi padre, donde me tocó ir sentada en el medio. Jackson iba delante y Danielle debía ir en ventanilla porque se marea. Así que estaría dos horas metida en ese coche bastante incómoda. Mi pierna estaba pegada a la del chico llamada Jeonghan.
—- ¿Y los fines de semana vendrás a casa? —preguntó mi progenitor.
—- Aún no lo sé, cuando me envíen el horario de trabajo veré los días libres. Si no, solo podré en vacaciones o en días de huelga.
—- Bueno tu si puedes escápate algún fin de semana para vernos, yo intentaré ir. Solo queda a una hora de nuestra casa, así que puedo ir una tarde a pasarla con vosotros dos.
Con vosotros dos se refería a Jeonghan y a mi. Por lo que se, Jackson iba a quedarse en Seúl. Aún no se si en casa de papá o si tiene algún otro lugar.
La conversación pasó a otro tema y yo ya no formaba parte de él. Jackson ponía al día a papá en su actual vida de mujeriego fiestero. Aproveche para cerrar un poco los ojos, ya que en el avión no pude dormir. Jackson les tiene pánico y me toca hablarle o distraerlo para que no se ponga mal.
Perdí la noción del tiempo de cuanto estuve durmiendo. Desperté lentamente, sintiendo un dulce aroma a colonia fresca. Al abrir los ojos note que estaba apoyada en el hombro del chico, lo miré de reojo y él estaba atento observando la ventana. Me daba vergüenza despertar y que me viera así. Intenté apartarme sin que se diera cuenta, pero fue imposible. Ambos hicimos contacto visual. Mis mejillas no tardaron en tornarse de rojo y él me regaló una pequeña sonrisa.
Cuando me quise dar cuenta ya estábamos entrando en la universidad. Era un un lugar enorme, parecía una mini ciudad con sus propios edificios, parques y calles. Llegamos a la zona de las fraternidades, que estaban a un par de minutos andando de los principales edificios donde estaban las clases.
Mi padre dejó el coche aparcado justo delante de una de esas enormes casas. Bajamos de este, sacando también las maletas.
—- ¿Segura que es este número, Lena?
—- Si papá, el número siete. Puerta 1B. —dije con la mirada atenta al teléfono, donde tenía la dirección y los datos de la casa.
—- Creo que seremos vecinos…
Algo positivo tendría. No era buena socializado y él parecía tener buenas vibras, seguramente sería mi salvación varias veces en mi estancia en Seúl.
❅─• 「 」 •══••✧๑♡๑✧•ஓீۣۣۣۣ፝ۜ፝ۜ͜͜͡͡ ۣۣ፝ۜ͜͡ஓ♡
Segundo capítulo ♡
Por fin pude ponerme a escribir esta semana, espero poder traerles más capítulos
Pd: debo actualizar el banner xd
ESTÁS LEYENDO
Ladrón de bragas +18
HumorLena una joven de apenas veinticuatro años, se muda a un barrio residencial tras matricularse en la universidad de Seúl. la joven tras pensarlo mucho, alquilo una habitación en una de esas casas residenciales. Se podría decir que era un barrio de c...