Amistad

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Kim JongIn al contrario de lo que muchos  creían, no era miembro de la guardia real por su apariencia del típico hombre alto y musculoso que solo servían para carne de cañón, pues su cerebro y sigilo es lo que le había valido su posición dentro del palacio y no era cualquiera, sino el guardia real del príncipe heredero.

Así que la noche de bodas le tocó presenciar el semejante alboroto que el chamán causó

— Creo que tu esposo ya es mi mejor amigo… mira qué darte semejante paliza… lo que siempre he soñado.

— Yo solo quería una esposa… creí que mi suerte estaba cambiando y me salen con esto.

Chanyeol estaba acostado en su habitación, haciendo drama al sostener una compresa de algodón sobre su herida cerrada, lo único que quedaba era un chichón amoratado que bien podía pasar como un golpe cualquiera.

— Entonces porque lo cubriste?

Contestó cualquier cosa para evadir el tema, pero la pregunta se quedó en él. Podría decir que lo cubrió porque no tenía de otra al ser la única pareja que conseguiría, podría decir también que era por qué tenía razón en lo dicho y sentía la obligación de darle una oportunidad diferente, trató de encontrar una respuesta en la que no sintiera que se mentía a sí mismo pero luego de mucho tiempo sin encontrar nada, dejó de pensar en eso y se durmió.

Pareciera que con el matrimonio ( si se le pudiera llamar así) llegaron también obligaciones nuevas, pues sus días eran ahora muy ocupados, desde temprano asistía a las reuniones del rey con el Dangsanggwan y sus deberes crecieron. Aunado a eso, los desastres que acechaban Joseon no le permitían tener un momento de descanso, pues cada vez más plebeyos pedían que sus peticiones se aceptaran y cada jefe de pueblo traía mas y mas noticias devastadoras.

Su padre, que en un principio se apiadó de él al no forzarlo para consumar, ahora lo presionaba, pues ya que los desastres se atribuían a las fallas del rey el consejo le sugería bajar del trono y entregarlo a su hijo para acallar la furia del pueblo. Y aunque el Taewang no creía más en que ese chamán fuese el elegido, después de ver la habilidad del Baksu en los rituales, creyó que no perdía nada con intentarlo, después de todo, los desastres que acechaban al pueblo no habían pasado al palacio.

—Alteza, no conozco realmente a mi consorte, ¿cómo podría hacerlo?

—Cómo puedes dejar que el pueblo sufra por tus egoístas actos? Crees que conocía alguna de mis consortes antes? ¡Hazlo y ya!

—Eran mujeres…

El rey se tragó las palabras que estaba a punto de soltar, por primera vez no refutó la mesura del príncipe ni reclamó el amor filial, soltó otra orden pero esta vez salió amortiguada y lo dejó ir.

— Nunca había visto al rey tan molesto.

JongIn adelantó al séquito real y se posicionó un paso por detrás de él. Usualmente habría bromeado sobre el estado del Taewang sin embargo el rostro del Taeya no era mejor, así que lo dejó pasar.

— Supongo que visitaré hoy a…

Aunque era evidente a quien visitaría, su sola silueta era suficiente para hacerlo perder la concentración. A unos cincuenta metros del príncipe, su consorte real, su princesa que no era princesa sino príncipe también, se encontraba montando un nuevo altar vestido con la túnica azúl de los rituales, esa túnica que contrastaba tan bien con su piel que era difícil apartar la mirada. A Chanyeol le gustaba, no sólo por su apariencia física, ni por lo que todo el mundo decía de su mesura y bondad, sino por ese primer encuentro.

Quería descubrir todas las facetas y personalidades que pudiera mostrar, quería ver de nuevo la mirada asesina y el ceño fruncido. Su sonrisa no podía ocultarse al dejar volar la imaginación.

En la lejanía, los euncos y sirvientes colocaban las coloridas girnaldas, ofrendas, instrumentos musicales, banderas… JongIn al igual que todos en palacio estaban conscientes del enorme esfuerzo que el chamán hacía para interceder ante los dioses montando y desmontando altares en todos los puntos cardinales, ayunando, orando en cada momento a diferentes dioses y aunque el Taeya le había ofrecido ayuda, no había vuelto para ver cómo dársela, ni tiempo tenía y ni quería acercarse.

— Entonces… lo visitas esta noche?

Dijo en tono pícaro el guardia real, haciendo que el príncipe se pusiera en camino nuevamente.

— Si, supongo que hoy es el día.

— ¿Quieres mi casco?

Si no estuvieran a media explanada con miles de ojos a la vista le hubiera soltado un golpe en respuesta, pero contrario a eso sólo acentuó aún más su sonrisa

JongIn siempre lograba devolverle el buen humor.

Y no pasó desapercibido para su cansado esposo. Toda la bendita mañana se partió el lomo montando el altar y dentro de unas horas debería comenzar con los rituales, solo un minuto se tomó para estirar la espalda y ahí estaba, su supuesto esposo con la sonrisa más resplandeciente que el sol mientras miraba al moreno.

"Los celos son del diablo" dijo su Dios.

— No sabía que los habías inventado tú…

BaekHyun ahora era más receptivo en lo que su matrimonio se trataba
No habían vuelto a interactuar en realidad, cuando ocupaba algo se lo pedía al Eunco Yang y según sabía su esposo lo aprobaba, sin embargo, cuando cruzaban miradas a lo lejos siempre se rehuian. No lo odiaba, su Dios ya le había explicado que no todos los desastres eran su culpa, sino que de verdad los dioses estaba enojados con la familia real. "Esfuérzate" era todo lo que aconsejaba y él se esforzaria.

— ¿Dijo algo Manshin? — preguntó rápidamente el sirviente más cercano creyendo que no escuchó las instrucciones.

BaekHyun se reprendió por hablar en voz alta, tenía mucho que aprendió a controlar lo que salía de su boca para que no creyeran que estaba loco, así que dió una simple instrucción para salir del problema.

El resto de la tarde JongIn se burló de Chanyeol en cada oportunidad, le ofrecía su armadura por si lo golpeaba ahora en otros lados, le decía que tendría preparado un baño helado para calmar su cuerpo e incluso le sugirió que mejor se hiciera eunco ya que ahí nunca habría nada.

— ¡Cállate ya de una maldita vez!

El Eunco Mon carraspeo haciéndole entender que moderara su voz y sus palabras y JongIn sólo sonrió más.

— Que debo hacer?... Con el TaeWang y con mi consorte…

— Tómalo a la fuerza, no me vas a decir que no lo deseas…

— Mi suerte no es tan buena como para hacer eso… si forzo a un elegido por Cheosin creo que moriré en el acto

— Entonces, haz que él sea quien se entregue.

— Y cómo se supone que lo haré?

— Yo solo doy ideas… soy tan virgen como tú, encuentra como.

A pesar del poco tiempo libre, se las arregló para ojear los libros a su alcance, eran buenos para mostrarle cómo amar con pasión pero de romance o conquista nada…

Cuando cayó la noche suspiró profundamente antes de dirigirse a visitar a su amado esposo esperando que esta vez las cosas no fueran tan mal.

¿Que tan difícil sería obtener un beso?

¿Que tan difícil sería obtener un beso?

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Muu difícil Chanyeol, muy difícil...

La Manshin y el Príncipe heredero ~찬백~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora