Consumación consumida

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— Su alteza real el príncipe heredero

Anunció desde fuera el eunco principal del príncipe. El eunco Yang se puso de pie de inmediato para correr la puerta dando paso al ahora seco TaeYa que vestía un sencillo HuangPo en tono azul oscuro con los escudos dorados que representaban su posición real. Baekhyun no se levantó cuando este llegó y siguió sentado frente a la mesita tomando el té calmante proporcionado,  sabía que era una descortesía muy grande no reverenciar a un miembro de la familia real, que podría morir por esa desfachatez, que a los dioses tampoco le gustaría semejante falta de respeto, pero si no moría hoy, mañana oraría todo el día suplicando perdón.

— Déjenos solos.

El Eunco obedeció  la orden del TaeYa e hizo que los sirvientes y euncos se retiraran de las habitaciones para darles privacidad. Fuera estaba oscuro y frío, la lluvia no dejaba de caer aunque ahora las gotas eran delgadas y suaves, nada comparado al calor dentro de la habitación bien iluminada.

Chanyeol había deseado estar casado, deleitarse con la educada y complaciente esposa que elegirían para él, la cual le daría muchos hijos. Había leído todos esos libros para aprender a ser un buen amante y en cambio tenía de compañero a un hombre que obviamente no le daría hijos, que ni siquiera un saludo o una mirada le dirigía y con el cual se supone que debía consumar. Lo acepta, tuvo curiosidad al ver ese libro, sin embargo estar casado y resignarse a una vida sin descendientes era diferente, quería experimentar lo que había leído, pero no casarse con eso.  Aun así su deber a Joseon era más grande que él mismo, era su nación a la que debía llevar prosperidad y solo se lograría con la gracia de su esposo, así que se había resignado a cumplir con la profecía.

O eso se decía mientras observaba con deleite la bata blanca de su esposo.

— Veo que… — carraspeó para aclararse la garganta — estás vestido con la ropa ceremonial para… la consumación.

A cambio de sus palabras recibió una mirada asesina

— Entonces… deberíamos empezar. ¿Quieres que apague la luz o… así?

BaekHyun se levantó y apagó todas las velas, lo único que iluminaba la habitación era la escasa luz que se filtraba por las rendijas de la ventana.

Chanyeol se quitó la túnica, bajo esta sus ropas eran iguales a las de su esposo, se indignó cuando terminó de quitarse el joegori pues su consorte había tomado asiento nuevamente, sin ayudarlo a desvestirse, se quedó solo con pantalones pues no se sentía correcto desnudarse por completo cuando su pareja ni lo veía, ni se quitaba la ropa. Suspiró sin que se notara, bajó a su nivel arrodillándose frente a él, supuso que debería ayudarlo a desvestirse así que extendió el brazo derecho y jalo el goreum abriendo la camisa de su consorte, ni siquiera le dio tiempo a echar un vistazo al torso de su amante cuando sintió su cabeza a punto de explotar. Su oreja y sien izquierda donde había impactado lo que sea que este hombre hubiese usado para golpearlo, punzaba. Y estaba seguro que lo que escurría no era sudor, sino sangre, aún así no bastó para noquearlo.

Su esposo corría hacia la puerta, no tuvo tiempo para meditar el desconocimiento de este sobre sus habitaciones pues si lo que quería era huir debió usar la salida tras ellos, no la que usaban los visitantes al entrar. Su tono de voz que de por sí era grave, sonó aún más fuerte cuando habló.

— Guardia Kim!

BaekHyun aún no cruzaba el umbral cuando el guardia ya lo sujetaba, entraron también los eunucos y encendieron las luces, la tetera estaba hecha añicos en el suelo junto al príncipe sentado sobre el futón a medio vestir. La sangre manchando su torso, el príncipe consorte con la camisa abierta dejando ver su abdomen, mirada desafiante, sin arrepentimientos.

La Manshin y el Príncipe heredero ~찬백~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora