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Cuando Toto había prometido trabajar en su paciencia, no esperaba que la pusieran a prueba tan temprano.

Tenía un kinder bajo su cuidado y el corazón en la boca.

—¿Por qué no le pueden poner George? Es un buen nombre —sonríe emocionado George.

—¡No mejor Lando!

—¡No! —dice con rápidez Oscar—. Ya tengo el nombre.

—¿Cuál? —curoseo Daniel.

—¡Rolando! —chilla emocionado Oscar.

George y Oscar no tardaron en burlarse

—¿Rolando? ¿Quién le pone a su hijo así? —pregunta con incredulidad Lando.

—Lia, duh —responde el menor.

Sebastian no tarda en callarlos y arruinarles las esperanzas.

—Mi solecito no está embarazada —el alemán era muy joven para ser tío aún.

—Yo ya iba a pedir un traje mexicano para el bebé Bianchi —dijo desilusionado Checo—. Pero mejor no me ilusionó.

Los pilotos empezaron a quejarse sobre que ellos no habían buscado un regalo.

—Toto estás más pálido que Lia, y ella es la embarazada no tú —noto George.

—Dicen que a veces los padres pueden tener los síntomas de las embarazadas —explica Carlos leyendo una revista.

—¿¡Es cierto Checo!? —chillo emocionado Oscar.

El mexicano se quedó pensantivo antes de responder.

—A mí nunca me ha pasado —y él ya tenía dos hijos.

—No los hicieron con ganas —se queja Lando.

—¡Lando! —lo regaña Carlos.

El británico menor sonrió con inocencia.

El único síntoma que tenía Toto era un dolor de cabeza, gracias a los parloteos de los pilotos.

Madeleine había abierto la boca que Julianna y él irían al hospital con George.

Ahora ahí estaba el resultado.

—Yo quiero que sea niña —susurra George observando la sala de espera.

—No mejor, niño —dice Lando siendo apoyado por Daniel.

—Sí es otro niño, ya no vamos a ser los favoritos —bufa Oscar.

—¡Yo quiero una hermanita! —Jack salta emocionado de su silla.

Sebastian estaba irritado.

Él sabía que Julianna no estaba embarazada, tal vez enamorada pero lo otro no.

—¿No querías un hermanito, Jack? —alza una ceja Daniel.

—No, porque ya no seré el favorito de Ev.

Checo se rio levemente.

—Pero si eres el favorito, Jackaroo —el niño sonríe más.

—¡Oye! —se quejan Lando y Oscar al mismo tiempo.

—Después voy yo, claramente —añade George.

Un pequeño debate empezó de quién era el favorito de Julianna, hasta que las puertas de la habitación donde estaba la francesa se abrieron y cerraron.

Madeleine salió con el rostro neutral.

—Último momento para la apuesta —tarareo Daniel—. Alguien puede unirsele a Checo y Sebastian.

Electric Touch ──𝗧𝗼𝘁𝗼 𝗪𝗼𝗹𝗳𝗳 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora