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Max y Checo estaban con los pelos de puntas, Julianna estaba más sensible de lo normal.

No había jugo de su favorito en el hospitality y empezó a llorar.

Revisaron las estrategias y habían unas que no la convencían, volvió a llorar.

Checo se comió los pastelitos que Christian le había comprado y lloro más.

Max le pregunto si esa era su camisa porque se le miraba muy grande y las lágrimas volvieron.

Encontró una cucaracha en el baño, grito y luego se puso a llorar.

La tocaban y lloraba, según los pilotos.

—¿Qué diablos te pasa, Lia? —pregunto exesperado Max.

Al principio, había pensando que la chica no había dormido bien o tenía hambre, pero la lista que había hecho todas las cosas habían sido descartadas una a una.

—¿Estás en... tus días? —Checo la observo con detalle.

—¡Eso es sexismo! —se queja ella—. ¡Y si estoy! ¿Y qué?

Ambos pilotos suspiraron más aliviados.

—Cuándo Kelly está así, le gusta comer chocolate para estar feliz —dice Max recordando todo lo que su novia hacia poco a poco.

—Carola hace yoga, dice que hace que le duela menos el cuerpo.

Checo hacía con ella en esos días del mes.

—¿Quieres chocolate y hacer yoga, Lia?

Julianna odiaba el chocolate, pero en esos momentos no sonaba tan mal.

Y la yoga...

Sería divertido ver como Checo y Max la acompañaban.

—Sí insisten...

Los dos pilotos no tardaron en pedir chocolate con maní y unos tapetes de ejercicios.

Christian había regresado de una junta, le habían advertido que estaba subiendo muy rápido el limite de presupuesto. Él nego todo y alegó que sabía manejar a su equipo. Aunque, tal vez... gastaban un poco de más en el catering.

—¿Dónde están los engendros del diablo? —Christian observo a su secretaria.

—Están en la sala de descanso, haciendo yoga —respondió la mujer sin apartar su vista de la computadora.

—¿Yoga? ¿desde cuándo hacen yoga?

Sin esperar una respuesta, Christian fue a ver lo que sus pilotos estaban.

—Lo están haciendo mal —se burla Julianna.

—Checo levanta más las piernas —se queja Max.

—Tú estas muy separado —se defiende él—. Carola no hace estás locuras...

—¿Qué diablos están haciendo ustedes tres?

La voz de Christian hizo que Checo y Max se cayeran de lado.

—Muchos campeonatos y subcampeonatos, pero nada buenos en la yoga —suspira Julianna bebiendo un poco de agua.

—Me duele todo el cuerpo —se queja Checo.

—Esto es culpa de Lia.

—¿Mía? ustedes fueron los que se ofrecieron y querían hacer los ejercicios difíciles.

Electric Touch ──𝗧𝗼𝘁𝗼 𝗪𝗼𝗹𝗳𝗳 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora