«I was thinking just one time...
maybe the stars align,
and I maybe I call you mine»
•••
Las estrellas sí parecían estar alineandose, para finalmente conocerlo a él y poder llamarlo suyo.
Julianna Bianchi es la nueva piloto del equipo Red Bull Racin...
La noticia que Checo Pérez dejaría de ser el segundo piloto del equipo de Red Bull había sido tendencia en cuestión de minutos. Él y el equipo no tardaron en dar declaraciones para que los rumores no llegarán a locuras, el piloto mexicano seguiría en la F1 pero como piloto de reserva.
Ahora la gran duda que había salido era: ¿Quién sería el nuevo compañero de Max Verstappen?
Red Bull estaba dispuesto en zarpar a una aventura en busca de alguien que valiera la pena en ser parte de su familia. Su equipo de reclutamiento habían visto varias opciones, pero ninguno parecía ser lo que buscaban.
Julianna Bianchi apareció en sus opciones a mediados de noviembre, la piloto francesa había regresado ese mismo año a correr y se había llevado todos los premios posibles de su categoría.
¿Iban a darle el puesto a una chica que había pasado tres años sin correr?
Sí.
Ella había regresado y había salido ganadora, ni siquiera parecía que lo había dejado.
Porque la realidad era que Julianna a pesar que había tomado sus vacaciones por sus propios motivos, ella seguía corriendo en privado.
El karting era su mejor aliado para dejar sus problemas de lado.
Con un padre que se había distanciado e incluso parecía olvidarse cada día más de ella, un novio que le había sido infiel y una madre que no hacía nada por ella.
Julianna estaba sola.
Su hermano no estaba y eso habia consumido a muchos, incluyendola.
Pero al final ella era una Bianchi, ella iba a brilla y dejaría callado a todos los que dijeran lo contrario.
Y Red Bull Racing estaba dispuesto a ofrecerle todo para hacerla crecer y triunfar.
Un Neerlandés, un Mexicano y una Francesa iban a dorminar a toda la Fórmula uno.
Pero ellos aún no lo sabían.
¿O tal vez sí?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Juju!
Daniel Ricciardo estaba enfrente de la francesa con su singular sonrisa en el rostro.
La observaba y no se lo creía.
El pequeño feto que él había visto crecer ahora era todo lo contrario.
Su cabello rubio dorado combinaba con el sol de Barcelona, sus ojos turquesas brillaban al igual que su piel y la sonrisa en su rostro era la más sincera que había experimentado en los últimos años.
