Ha pasado una semana desde que Zuko se puso preguntón y creo que por algún motivo se ha mostrado más cauteloso respecto a lo que es reclamarme.
Aunque eso no significa que no lo haga, aún sigo escuchando cosas como: "holgazana", "chica estúpida" y mi favorito "haz bien tu trabajo".
Juró que un día lo voy a matar y luego me suicidaré por no haber seguido mis ideales pacifistas.
Nadie puede culparme, este príncipe es muy difícil de entender, el día que hablamos fue muy tranquilo, nunca imaginé sostener más de tres palabras sin pelear, pero no quita que ahora se comporte como un completo idiota.
De todas formas, estoy haciendo mi mejor esfuerzo por llevar la fiesta en paz, obviamente porque estaré aquí por un tiempo.
Lastimosamente, Zuko tiene una grandiosa habilidad para sacarme de quicio, por lo cual terminamos discutiendo e incluso peleando, cabe aclarar que ninguno de los dos va en serio con esto último.
Aún así ambos hemos sido regañados por el tío Iroh pues terminamos por romper algunas cosas, las cuales tienen que ser repuestas poco después.Perooo... Encontramos una solución para ello, a partir del último regaño nuestras "peleas" son simplemente juntar nuestras manos mientras nos empujamos mutuamente con ellas, así evitamos muchos desastres, aunque en un principio a Zuko le pareció una tontería termino por acostumbrarse.
No es por presumir, pero muchas de esas fuercitas las he ganado yo, no precisamente tumbandolo.
Lo que hice exactamente es resistirme hasta que haga mucha presión, luego me aparto dejando que caiga por su propio impulso y ¡listo!.Siempre ganando.
Ahora mismo estamos en una taberna del Reino Tierra tratando de conseguir información sobre el Avatar, bueno, en realidad estoy tratando de que Zuko cierre su boca para conseguirla yo, pues sus métodos no funcionan.
—¿Puedes guardar silencio o al menos no gritar?.
—¡Solo quiero que me digan lo que les pido!.
—Yo conseguiré la información pero cállate.
Traté en lo posible de que los demás no me escucharan, era necesario para mi plan, después de todo los que más saben no siempre son los clientes si no quien los atiende.
Suspiré pesadamente para alejarme del principe y su tío, luego me senté en la barra para ver al joven adulto que prepara las bebidas.
—¿Puedes darme lo más barato de tomar?.
Ví como alzaba su ceja, casi dudando de mis palabras.
—¿No vienes con esos de allí? Debes tener dinero.
—Si, vengo con ellos, pero soy solo una empleada. Ni siquiera soy de la Nación del Fuego, digo, solo mírame.
Aún no convencido comenzó a prepararme mi bebida, ya plante la duda en él, si insisto un poco más puede que simpatice conmigo.
—¿Sabes qué es lo peor? Que me pagan menos que a sus empleados que si son de ahí, ¡es tan injusto!.
—¿Enserio? Qué gente más desagradable.
Mientras colocaba la bebida en la barra hizo un gesto de desagrado, pero mostrando su atención hacia mi situación.
Bingo.
Tomé un sorbo a mi bebida, es alcohol.
¿Me veo como alguien que bebe esto? Aunque quizá es porque le dije lo más barato y esto lo sea, no soy de beber pero igual no es necesario terminar este trago.—Seria mejor si todo se arreglara, no sé, quizá por algún motivo mágico aparezca el Avatar.
Sonreí tratando de mantener un tono burla ante mis últimas palabras, sonar seria solo me haría ver sospechosa, además, las personas suelen decir más de lo que quieren cuando se trata de una conversación espontánea.
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La misión secreta-Zuko
Romance"_____" solo _____, no hay apodo ni nadie que la conozca, aunque tiene una característica... grandiosa. Ella es descendiente de los nómadas aire, del único grupo que pudo huir, pero solamente queda ella con el conocimiento de su poder. En un mundo d...