Cap 8: Admiradora

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Zuko:

-—N-no te a-atrevas a r-reirte.

Ahí estaba ella, cubriéndose con una manta mientras le descongelan los pies, temblando por el frío que debe sentir por estar mucho tiempo congelada, aún así intentaba ser intimidante al dirigirse a mí.

Cómo si alguna vez ella hubiera sido intimidante.

—_____, deberías ir a tu cuarto e intentar entrar en calor.

Mi tío se puso de pie una vez ella ya estaba libre, él mismo se encargo de descongelarla, por algún motivo a mi tío le agrada demasiado esa chica.

—P-pero aún n-necesitan a-ayuda aquí.

Eso ni siquiera es cierto, la gran mayoría ya salió del hielo, e incluso algunos pudieron descongelarse a sí mismos aumentando su temperatura corporal y por eso mismo están como si nada pasara.

Algunos otros ya se están encargando de la nieve sin complicaciones, así que no hay ningún problema.

—Solo vete, todo está bajo control y que ayudes en ese estado sería estorbar.

—¡N-nadie está ha-ablando contigo!.

La miré desafiante pero ella no retrocedió, por el contrario, me regreso la mirada con igual intensidad. En serio, es tan estresante.

Por fin dejó de insistir cuando mi tío puso su mano sobre su hombro, ella lo miró por un momento y luego suspiró, solo así se fue a su cuarto.

—Ella es muy terca.

—Trate de entenderla, principe Zuko. ______ ha estado sola desde hace mucho tiempo, siempre se ha encargado de los problemas sola, debe ser extraño que alguien más lo haga por ella.

No dí respuesta alguna a su comentario, me límite a ver por donde se había ido ella anteriormente.
Esa estúpida chica, siempre sonriendo y metiéndose en los problemas de los demás pero nunca pide ayuda cuando se trata de algo suyo, de verdad que es una idiota.

(...)

Esto es muy frustrante, demasiado.

Estoy en frente de su puerta debatiendo muy en serio si tocar o no.
Conmigo traigo una especie de linterna por prender, de este tipo de linternas suele emanar una buena cantidad de calor así que pensé que podría ayudar a que se le quite el frío.

Solo es para que deje el mal humor y así no moleste más tarde.

Estuve planeando irme unas dos veces pero al final terminé por tocar la puerta, el sonido metálico se pudo escuchar claramente por el pasillo, demasiado para mi gusto.

—Pase.

Abrí la puerta tras oír su autorización, ya ahí me quedé parado al solo dar un paso.
Ella estaba completamente envuelta en al menos 5 mantas, parecía una rara especie de gusano con cara humana.

—Oh, hola, príncipe Zuko.

—¿Qué rayos te hiciste?.

—Obviamente no estoy tragando de entrar en calor, es que me encanta jugar a que soy un gusano. Es entretenido, debería intentarlo algún día.

La miré sin mucha gracia por su comentario lleno de sarcasmo.
Bueno, al menos parece que ya no está temblando de frío.

—Y bueno, ¿a qué debo el honor de su visitaaaa...? ¡Auch!.

Ya que estaba recostada intento reincorporarse aún envuelta en las sábanas, como resultado dió una vuelta en la cama y cayó al suelo.

Se levantó ahora libre de las mantas, estas están tiradas en el suelo mientras ella solo se quedó sentada en el lugar que había caído, rápidamente tomo un par de esas telas para cubrirse, por lo que supongo que aún tiene frío.

La misión secreta-ZukoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora