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Fui abriendo mis ojos lentamente, la luz frente mía hacia pesar mis párpados por lo que no era fácil al principio deducir donde estaba. Lo primero que sentí fue una presión sobre todo mi cuerpo, no podía moverlo y comprendí que me habían atado por completo agregándome un chaleco de fuerza. Mi rostro al igual estaba protegido por vendas en todos lados a excepción de mis ojos, que solo la visión era posible por unos pequeños agujeros de la venda.

Entonces vi un hombre alto de gran edad que estaba frente a mi y no sabía que tenía en sus manos pero seguro algunos papeles, y a sus dos lados también habían otros pero estaban un poco lejos y no se les veía la cara pero supe que cargaban armas. El primero que tenía barba y estaba sentado sin prestarme atención hasta que se dio cuenta que desperté.

-Ya despertó, creí que no lo iba a hacer.

"¿Cómo?, ¿a qué se refería?"

Se puso de pie y se inclinó hacia mi persona para hablarme con frialdad. De mi parte no tenía miedo pero la tensión era inexplicable ahora.

-¿Tienes alguna condición médica especial?

No respondí, y siguió hablando.

-En caso de que tengas oídos y me puedas escuchar, de ante manos te aviso que principalmente, después de esto no te irás de este lugar, ¿por qué? Bueno, estás en una categoría tan mala como para que la sociedad te llame 'criminal' de alto riesgo, si nos guiamos por el historial de atrocidades que te corresponden según el último reporte de hace unos meses -suspiró antes de fijar su vista en mi.

Estaba escuchándolo pero nada de lo que me decía provocaba un sentimiento de miedo, más bien, cada segundo que pasaba comenzaba a irritarme y enojarme, apretaba mis dientes de la molestia. Quería que se callara de una vez, quería lanzarme y destrozarlo, pero estas malditas cintas mantenían todo mi cuerpo quieto y apretado contra una tabla metálica.

Comenzó a intercambiar palabras con otro que había, Dios su voz me estaba jodiendo, solo quiero que se calle, quiero largarme, siento que no soporto más oír su voz.

Quiero matarlo.

Llegada de lágrimas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora