21. I

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No fue el cálido baño que me sorprendió después de ese suceso, sino la sinceridad y esfuerzo de Ghost por ser amable conmigo al preguntarme con discreción qué fue realmente lo que pasó estando de pie frente a mí, pues los demás estaban con Graves, escuchaba como se gritaban entre sí. Tampoco podía procesar aquello, pero fue la ficha que encajó en mi cabeza al darme cuenta del motivo de por qué Graves siempre me trataba mal.

Tomé una gran bocanada de aire antes de pronunciar una palabra. No había mucho que decirle, pero mi voz se volvió a quebrar de tener que ir imaginando lo que pasó con detalle.

-Él... m...me lastimó -no pude pronunciar bien la última palabra que las lágrimas salieron despedidas sin control. Ese perturbador recuerdo era imposible de borrarlo de mi memoria, siempre será un garra que me desgarrará la poca felicidad que alguna vez pueda sentir. Ghost no dijo nada, pero cuando alcé la mirada, sus ojos estaban a punto de largar una lágrima silenciosa. Pero él no se inmutó a llorar, solo dejó que ella sola saliera sin mostrar alguna expresión alguna.

Por primera vez, entró en mi cuerpo una nueva sensación, sentí el dolor de su corazón invadiéndolo por completo, aquella tristeza que estaba manifestándose en lo más profundo de su alma rota. Supe que estaba sufriendo, y mucho a través de aquella intimidante máscara. Comprendí que era el mismo sentimiento que el mío, pero el de él era una herida más profunda e incluso más agonizante.

-Ghost, tú también sufres... sufres demasiado... -susurré entre sollozos y lo abracé, creí que me haría a un lado de la molestia, pero no lo hizo, aunque tampoco me lo devolvió. Se quedó parado mientras escuchaba sus ahogados sollozos forzados por no ser tan fuertes. Cerré mis hinchados ojos durante minutos hasta que sentí mis lágrimas siendo arrastradas por la tela de sus guantes, secándolas de inmediato.

También que su dolor poco a poco iba esfumándose.

...

Pero mi corazón, lo siento vacío, siento que mi alma volvió a destrozarse cada vez más de como lo ha estado siendo hace tiempo. Cuando llega un nuevo amanecer y veo a los soldados que me rodean, comienzo a creer que ellos también están desbastados aún si lo tratan de ocultar con esa fuerza y esa ruda actitud.
Todo mi rostro esta empezando a arderme interiormente mientras mi corazón se acelera con cada respiración de la cual también se está entrecortando, no puedo controlar mis lágrimas y de pronto comienzo a llorar sin encontrar el por qué, como si una ola de tristeza me hubiera invadido y obligado a que expulse mis lágrimas.

El capitán Price estaba sentado a mi lado cuando pasó, a continuación sin esperarlo, sentí que sus brazos estaban rodeándome y atrayéndome más a él, fue ese momento del que mi frágil burbuja se reventó, descontrolando mi llanto. Lloraba como nunca lo había hecho antes, todos los malos recuerdos se colocaban a propósito para hacerme llorar más, no podía hacerlos a un lado pues ellos venían como una avalancha.

-No quiero sufrir más Price...

Llegada de lágrimas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora