17. M

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Mi humor estaba neutro el día de hoy, pero no podría decir lo mismo de los otros soldados. Estaba de nuevo junto a ellos porque se les asignó otra misión sobre evitar un atentado en una zona habitada por miles de personas. Algunos estaban nerviosos, se los percibía pero no fue a mayores como la vez pasada. Graves siempre me perseguía con una mirada poco amable, más que antes, que me incomodaba demasiado, por "suerte" yo tenía que estar con Ghost.
Cuando me pusieron bajo el control de él se mostró normal, me miró de reojo sin decir nada, colocándose más a mi lado, entonces el grupo se dividió por parejas.

Él y yo entramos precavidamente por una puerta trasera del edificio, él avanzó primero y yo obviamente le seguí a paso lento con mi pistola en ambas manos, prestando atención a cada rincón. Íbamos subiendo las escaleras pero Ghost caminaba más rápido, por lo que corrí un poco resonando mis pisadas sobre la escalera de cerámica que hacía eco.

-Despacio -me dijo susurrando. No le respondí de inmediato ni después. Me esforcé por seguirlo a ritmo sin provocar ningún ruido, hasta que cuando íbamos llegando al segundo piso se oyeron pisadas acercándose, Ghost se giró rápidamente con su rifle apuntando hacia la dirección de los pasos. Se asomó otro soldado que yo desconocía, se detuvo al lado de las escaleras, mirando a todos lados, pero su escopeta colgaba en su uniforme, no la cargaba como si estuviera a punto de disparar. Afortunadamente siguió caminando hacia adelante y nosotros nos dispusimos a avanzar.

De una patada hizo caer la puerta para adentrarse discretamente, hice lo mismo imitando su manera de avanzar, caminando casi agachada mientras hacía flexionar mis rodillas, de todos modos, Ghost ni cuenta se daba, parecía muy concentrado en él.

-Gos, ¿qué hay que hacer? -le pregunté con aburrimiento.

-'Ghost' -me respondió- no es 'gos'. Tú solo tienes que hacer lo que te diga. Cuando necesito que actúes, hazlo. -me explicó como si fuera un robot, pero le entendí. Me estaba matando el aburrimiento de solo seguirlo y seguirlo sin intercambiar ni una palabra que no sea un regaño por mi mal pronunciación por su disque apodo.

Patee algunas tablas del suelo que al ser movidas desprendieron polvo del cual se metió por mis orificios nasales, entrando me una comezón y estornudando en el acto. Ghost me miró, por su tono de hablarme supe que estaba enojado.

-Haz silencio niña, no toques nada.

-Tengo sueño.

-Y yo tengo que desactivar una bomba. -sonó más molesto y irritado por mi comentario.

-¿Y donde está? si supieras donde se encuentra, vas y la desactivas. -respondí neutral, mas eso fue peor. Estaba luchando por no perder la paciencia conmigo.

-Oh, ese es tu punto, si la encuentras vas y la desactivas. Entonces ve y búscala por ti misma -se puso detrás de mí para empujarme hacia otra habitación con un pasillo lleno de escombros. Me quedé inmóvil sin saber que hacer, creí que era una broma de mal gusto, aunque no, parecía que lo decía enserio porque al no ver mi avance, me pateó el trasero para que me mueva. Me sobresalté un poco, y me decidí a dar unos pasos adelante, dejando mi cobardía a un lado, tratando de enfocarme en el objetivo solo para demostrarle que podría hacerlo.
Me adentré aún más a paso lento, me voltee hacia atrás y Ghost me seguía pero atento a mis movimientos, poniéndome más nerviosa, me volví al frente continuando con mi pobre avance, sosteniendo mi pistola sobre mis ambas temblorosas manos. Esta era la primera vez que salía así, bueno, los nervios se debían a mi compañero mala onda.

Sentí su gran cuerpo aproximarse a mis espaldas y me volvió a empujar con una patada más leve. -Muévete o volaremos en pedazos.

-Deja de patearme. -ignoró mi queja adelantándose más, dejándome atrás, parece que se aburrió de jugarme esa broma. Me apresuré a alcanzarlo pero se movía muy rápido, mientras él camina yo corro.

Llegada de lágrimas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora