9 -Extraño-

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Geevar.

-Tú haz de ser Ghost -fue lo primero que dije al toparme otra vez con aquel hombre enmascarado. Me miró de reojo sin decir nada, pero yo no quedé con su silencio -¿Por qué el de sombrero me dijo que estaría con ustedes?

En cuanto pregunté aquello se giró unos milímetros hacia mi, viéndome.

-Supongo que no te lo contó todo.

-Me dijo que era "por ser como soy". -respondi confusa.

-¿Y no sabes cómo eres? -dijo burlón, yo ni siquiera le respondí, tomando mi silencio como respuesta, volviendo a hablar de nuevo- eres como un fenómeno.

Sentí amargo en el estómago.

-Ya lo sé, escuché ese comentario sobre mi desde que tengo poca memoria.

La melancolía regresó hacia mi de nuevo, recordando escenas en las que me mencionaban con apodos de ese mismo estilo desde que estuve fuera de mi libertad en los laboratorios.
Mis pensamientos fueron interrumpidos al sentir un palmeo en mi hombro, rápidamente día caí en la realidad encontrándome con una arma en mis narices.

-Es una M9, agarrarla de esta parte baja y no toques el gatillo -me explicó señalando eso- esta pequeña forma curvada hasta que yo te diga -después de que te termine de hablar agarré la pistola pero estaba algo pesada, entonces Ghost volvió a añadir- sostenla con las dos manos.

Acto seguido se posicionó detrás de mi, poniéndome nerviosa. Me tomó de los hombros enderezándome de una manera brusca -mantén una postura derecha primero y después- estiró mis brazos hacia adelante haciendo que apunte a un lugar nulo, luego me hizo poner la pierna izquierda más adelante.

Yo no entendía nada de lo que estaba
haciendo, pero como si fuera por vía telepática él me contestó lo que estaba pensando.

-Tienes que tener esta posición para lograr un disparo sencillo -rápidamente puso sus manos contra las mías guiandolas hacia una silueta humana en el horizonte, subiéndome mas los nervios.

-Tengo miedo...

-¿Miedo? miedo deberías sentir si te estuvieras apuntando a tus mismos sesos -contestó con una voz fría- tienes que dispararle a ese señuelo del que estoy posicionando tus manos, estando en la misma postura aprieta el gatillo -dijo separándose de mí, a lo que tal como me dijo apreté el gatillo y del fuerte impacto me hice para atrás perdiendo el equilibrio. Ghost soltó un pequeño suspiro de frustración, volviéndome a posicionar otra vez.

-Trata de mantenerte firme, tus brazos tiene que estar rígidos al igual que tus piernas para que no te caigas, ahora hazlo de nuevo.

De modo que volví a disparar pero volví a balancearme hasta caerme de trasero al suelo. Pero Ghost inmediatamente me levantó rudamente del brazo, a lo que solté un quejido que él ignoró, haciéndome repetir otra vez.

-Vuelve a intentarlo, sin aflojar tus brazos -me indicó señalando al blanco- hazlo otra vez.

Mis brazos temblaron temiendo que pierda el equilibrio de nuevo, cerré mis ojos al momento de apretar el gatillo, provocando un estallido en mis oídos más fuertes que los anteriores disparos, aunque a diferencia de antes, esta vez no caí, conservando mi posición.

-Bien, por lo menos no te caíste, ¿pero quieres decirme a donde demonios apuntaste? -se quejó y entonces me di cuenta que me moví unos centímetros más al oeste, le iba a responder pero antes de que pueda decir algo- ve a buscar las balas y vuelve enseguida- me indicó mientras comenzaba a encenderse un cigarro.

Me crucé en el medio del campo de batalla para buscar una por una las balas. La búsqueda resultó ser muy dificultosa pues la superficie estaba en mal estado sin poder distinguir bien los objetos pequeños. Las primeras dos las encontré en diferentes distancias de los señuelos, me faltaba la tercera, recordé que aquella fue a parar un poco más alejada al oeste, dado que caminé con la mirada en el piso atenta a por si la hallaba. No me percaté de que me estaba alejando un poco más pero aún no encontraba la bala, lo que me impulsó a seguir buscándola.

Llegada de lágrimas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora