7 -Presentimiento-

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Cuando estaba de nuevo dentro de la base, MacTavish mandó a encerrarla de nuevo a la celda donde pertenecía, por órdenes de Price. Luego volvió a donde se encontraban todos reunidos discutiendo lo mismo de siempre, las misiones completadas, las que faltan por cumplir y lo que va de la mano. Las caras de todos mostraban el orgullo de victoria excepto a la de Price, sin embargo se estaba esforzando por ocultar lo que pensaba, con el fin de evitar cualquier tipo de preguntas, uniéndose a ellos al festejo.

Pero la poca felicidad de un soldado es efímera, pues su mente siempre está en la nueva misión del día de mañana, y es de lo justamente que se pusieron a hablar después de algunas bebidas. Extendiendo encima de la mesa un gran mapa del territorio ya con las zonas marcadas donde estarían posicionados ellos, lugar de encuentro, rincón de escondite, entre otros.

Por otro lado, en aquella fría y oscura celda se encuentra la chica que hace unas pocas horas fue llevada de nuevo a aquel calabozo, sin siquiera prendas que vestir. Aunque podría derrumbar las puertas para escapar poseyendo un gran poder inhumano, el frío y el hambre le juegan en contra haciéndola caer en una debilidad tan terrible que ni siquiera levantarse del suelo puede. Con sus escasas fuerzas intenta llegar a la puerta mediante arrastres, ¿para qué? ella tampoco sabía por qué lo hacía si de todos modos estaba en completa oscuridad, sus débiles ojos no podían percibir ni una pizca de brillo del otro lado.

Pero también era un momento en la que el cuestionamiento de su existencia la invadía creando sentimientos de soledad y vacíos al tener pocos vagos recuerdos de lo que fue su 'infancia', después de eso todo se oscureció hasta que volvió a ver la luz del sol tan solo hace poco tiempo. El único recuerdo que aún sigue intacto en su mente era de cuando tenia alrededor de los cuatro a cinco años fue un campo extenso repleto de flores, junto a alguien más, luego todo se cortó como si algo interrumpiera ese momento, tirándola a la actualidad donde toda su memoria se construye por el asesinato y deseo de sangre.

"Sangre.
Sangre.
Sangre..." repite en su mente al sentir de nuevo esa sensación de que algo malo va a pasarle, su ansiedad aumenta cuando escucha unos pasos acercándose a su puerta. Trata de calmarse pero su instinto de matar la quiere dominar su mente. Los pasos se detienen cuando llega, entonces la puerta se abre lentamente y entra un hombre armado con algo sobre las manos, el mismo se agacha hasta ella para verla más de cerca. Con la poca luz que deja entrar la puerta entreabierta se le ilumina un poco su rostro.

-No te asustes, no te haré daño -dicho eso apoyó en el piso unas prendas neutras sin diseño para luego agarrar la parte de arriba arremangándola y colocándosela sin ningún tipo de forcejeo por parte de ella, lo mismo con la parte de abajo, siendo más discreto y cuidadoso en ese aspecto. Cuando terminó de vestirla se puso de pie de nuevo- Soy Rudy, el capitán Price mandó a que se te vistiera.

"¿Capitán quien? ¿Price?" Pensó estando en el piso, mirando prácticamente a la nada, hasta que Rudy volvió a hablar antes de retirarse y cerrar la puerta.

-Saldrás de aquí en dos horas.

Tal como lo mencionó en las dos horas que pasaron las puertas se abrieron otra vez entrando un grupo de personas, levantándola por los brazos y sacándola. Antes de arrastrarla le inyectaron una sustancia en el brazo derecho, después se la pasaron a los brazos de Ghost quien la cargó cruzando sus brazos alrededor de sus hombros hasta llegar a una sala de interrogatorio.

-Pff, ¿por qué la arrastraste así? ¿no era más fácil cargarla en tus brazos? -soltó Rudy sarcásticamente viendo como Ghost la reposó sobre la silla frente a la mesa donde se encontraba el capitán Price.

-Cállate -respondió Ghost de mal humor a Rudy y su mirada se posicionó en Price quien estaba frente a él- hay una droga en su interior, que mantendrá en distracción su estómago mientras esté vacío al cabo de unas horas.

Dicho comentario llamó la atención de Alejandro.

-¿Qué clase de droga Ghost? sabes bien que aquí no usamos eso.

-Una, alguien se la alcanzó a los supuestos expertos en medicina. Una mujer, que no es de por la zona.

Alejandro enseguida pensó en alguien con la corta información, de modo que agarró disimuladamente del brazo de Ghost llevándoselo a pocos centímetros de los demás.

-No me digas que le permitieron el paso a Valeria, que no fue ella quien traficó esa maldita sustancia -susurró preocupado, pero en su preocupación también había fastidio.

-Si ella hubiera sido ya estaría en nuestras manos otra vez -le respondió de la misma manera en susurro y añadió- a menos que alguien de aquí esté implicado.

La conversación entre ellos duró unos segundos, pero fue como un pequeño detalle para levantar algunas sospechas de que posiblemente alguien de la misma base les esté jugando a ser uno de ellos.

Llegada de lágrimas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora