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Algunas pequeñas cosas fueron mejorando para Gee después de aquellos eventos traumáticos y recientes. Para el capitán Price casi lo mismo, no se desocupa de su responsabilidad en los operativos, tampoco descuida de ella. Cualquier pizca de tiempo libre lo aprovechaba con ella aún si eran unos minutos.
La pequeña chispa de un sentimiento se hacía más visible en Price y sus compañeros lo notaban con verle a la cara, Price tampoco lo negaba a los demás, pero jamás le confesó a Gee que algo especial comenzó a crecer dentro de él. Pues él no siente capaz aún, tal vez si fuera una persona con una vida normal y sencilla lo haría, podría ser libre de hablar sobre 'amor'. De todos modos no tiene la intención de despejarse de ella, ¿cómo podría cuidar y proteger aquella alma si se alejaba? tal vez es por eso que a la mayoría le preocupó su decisión de estar cerca, incluso si eso significaba incluirla en los operativos.

Además, Price empezó a sentirse como algo más, creyó que era como un romance pero ni la palabra encajaba, más bien él se comenzó a sentir como un padre para ella, tal vez en ser quien Gee siempre necesitó en su vida.

-¿Qué es eso? -Price preguntó acercándose a Gee en cuanto vio su mano sosteniendo un lápiz presionándolo contra una hoja sobre la tabla.

-Nada, nada importante. -contestó con un tono neutro.

Entonces él se sentó a su lado a observar lo que estaba haciendo. A sus ojos entraron los garabatos más avanzados de ella, de los que tomaban la forma de sueltas humanas. Una de ellas se parecían mucho a un dibujo que ella anteriormente había hecho y que guardaba en su bolsillo.

-¿Puedo preguntarte qué es?

-Pues... e...eres tú. -aquella respuesta lo hizo explotar por dentro una gran bomba de felicidad acompañada de una sincera sonrisa escondida en su barba. Habían más dibujos pero solo le gustó más el de él junto a él.

-Vaya, es hermoso Gee. Veo que también dibujaste una mariposa.

-¡Si! es la que una vez ví cuando fui a las colinas -emocionada agarró la hoja con el dibujo y se lo enseñó más detalladamente- es muy linda, me encantan sus colores vivos, me gustaría ser una.

-¿Ser una mariposa? -él preguntó con interés después de sorprenderse un poco por aquel comentario.

-Ellas pueden aletear sus alas y huir, son libres -al terminar su oración sus ojos se enrojecieron y cristalizaron, al igual que su voz empezó a sonar más quebrada cuando continuó diciendo -me gustaría ser una mariposa y volar lejos a un lugar donde no sufra.

Las lagrimas que descendían de sus ojos rodaban sus mejillas hasta dejar marcadas pequeñas gotas sobre el papel.   Al corazón de Price se le trazaban grietas dolorosas cuando la veía así de nuevo, su sonrisa eufórica que Gee le provocó también se esfumó para que su rostro se moldease y dejase ver una expresión triste. -Gee, tú eres más que una mariposa, tienes que ser fuerte, sé que puedes serlo.

-¿Y si no? no podría ser fuerte, hay una gran herida que me impide avanzar.

El capitán sin dudarlo la atrajo hacia él para enrollarla con sus brazos, permitiendo que el calor la alentara. -no estás sola, yo estaré contigo.

Pero si eso golpeaba la cuerda floja donde se sostenía también la importancia de su deber más grande que era la guerra, el equilibrio podría derrumbarse por el peso superado, como lo es Gee.

***

-El sujeto es de Rusia. Estuvo presente en varios eventos que terminaron en tragedia al igual que también se el vio involucrado con las cooperaciones sobre varios, pero varios delitos. Por ejemplo es literalmente cómplice de organizaciones criminales, algunas de las que nos buscan por algo, y creo que todos saben por qué.

Llegada de lágrimas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora