25. Nueva misión.

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Quizá, Yuuji tiene que dejar de caer en esos ojos azules y el puchero que comienza a crecer en sus labios.

En su defensa, aquella fue la primera vez que lo veía hacer esa expresión, pidiéndole a sus hermanos una semana extra de descanso y así quedarse más tiempo con él.

Ambos saben que la convivencia después de su enlace reciente es fundamental, necesitan que su parte animal se acostumbre del todo a estar en total cercanía con el otro.

No fue tan difícil, teniendo en cuenta al dominante que va a todos lados con él y que ha dejado sus feromonas por toda la casa. Están más que preparados para continuar sus vidas sin ningún problema por la marca.

Aún así, Gojo se esfuerza en pasar todo su tiempo con el pelirosa. Ha olvidado totalmente el espacio personal de la otra persona, solía importarle mucho cuando se trataba de él. Ahora eso no es importante.

Teniendo como prueba su nuevo gesto, es la segunda vez que lo mira así y el albino no se reconoce de inmediato, está casi seguro de haberse burlado de su especie por su comportamiento infantil con los omegas. No va a admitirlo, va a fingir que realmente no es él si alguien se atreve a preguntarle al respecto.

Solo es un tonto enamorado.

O mejor dicho, un alfa dominante a disposición de su omega.

-Algún día voy a tener que salir de esta casa solo, ¿Entiendes?

No se lo dice molesto, esta intentando llegar a la puerta para ir a la tienda cercana, pero el alfa que se aferra a una de sus piernas se lo impide. No piensa poner la cena en pausa mientras los dos van a menos de tres cuadras de distancia.

Es jueves por la noche, le ha mostrado el vecindario e incluso donde puede tomar el transporte. Le ha mostrado el camino que toma cuando regresa de la oficina y los atajos para llegar a su destino si se hace de noche.

Así que, él sabe que en realidad no va a tardar más de quince minutos en ir y volver.

Lo ha visto actuando raro casi toda la semana, después de que llegara el lunes en la tarde con todas sus cosas parecía ser más atento a los días anteriores. No le molesta, pero definitivamente algo cambio en su viaje de regreso.

Ha intentado ser más cariñoso, puede notar sus malos intentos en serlo en su totalidad cuando lo ve fruncir al entrecejo con algo que ha dicho.

A él le causa gracia y a su vez, ternura.

Verlo esforzándose en ser un poco más romántico de lo normal le hace sentirse feliz, lo ha visto preparando el desayuno para él e incluso se ha despertado con un alfa que entra a su habitación con la bandeja de su comida. Lo llena de mimos y va diciéndole cosas bonitas cuando es su hora de dormir.

Los dos hacen un ruido con la nariz cuando comienzan a oler algo en el aire.

-Satoru, creo que el pollo se está quemando.

Y el mencionado simplemente se pone de pie, el omega quiere escapar de su alcance ahora que tiene la excusa perfecta, pero no logra siquiera dar un paso.

El movimiento es rápido, apenas siente que lo toma de la cintura y después ya está sobre su hombro mirando como la puerta se aleja, van de nuevo a la cocina y él solo puede gruñir por lo bajo.

-Ni siquiera es importante lo que necesitamos.

-¡Claro que sí!

-El postre no es tan importante.

-¡Si lo es!

Ríe un poco, volteando la comida que comienza a ponerse de un tono café después de estar tanto tiempo en el mismo lugar. Aún lo mantiene en su hombro, por lo que debe tener cuidado con las piernas que cuelgan o provocará un accidente, se dispone a hacer sus movimientos de forma ladeada.

Alfa en alquiler »GoyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora