Satoru no tarda en rodearlo por la cintura, está empacando las cosas que necesita su pequeño para pasar esa noche fuera de casa.
Su hermano mayor acepto cuidarlo por esos días, aunque es algo que no puede evitar, le duele un poco separarse de él a pesar de que solo será momentáneo.
Observa a su alrededor el color de la habitación y como únicamente parece más el guardarropas del pequeño que su propia alcoba. Casi siempre va a dormir a su cama, a veces va con ellos después de una pesadilla y otras más, simplemente no quiere alejarse del Omega.
En otras ocasiones, aquellas más comunes, suele quedarse dormido por jugar con el alfa.
Aunque es entendible, sigue siendo pequeño para dormir solo, pero eso no evita que tenga su propio espacio para cuando necesite privacidad o ya no quiera estar con ellos.
La menta sale más picosa en esa ocasión. Lo hace suspirar y provoca que su omega interior se renueva de la emoción al sentirlo, el beso que deja sobre la marca lo hace temblar mientras el sonrojo cálido se instala poco a poco en su rostro.
-¿Estás seguro de que no quieres que te acompañe?
La voz ronca hace contraste con esa pregunta sencilla, le sorprende un poco que sus intenciones sean tan visibles en algo tan normal e inofensivo.
-Solo llevo un supresor y no te hará efecto.
Dejar que vaya con él significa que el celo de ambos explotara con el chófer dentro del carro. Esta preparado para cuando la sensación de calor comience a sentirse en su cuerpo, pero si Gojo lo acompaña no tendrá oportunidad para calmarlo.
Sin contar lo más importante, si el supresor le hace efecto al dominante y no a él, no tendría ningún sentido haberlo utilizado. Su instinto saldrá de inmediato en un intento de poseerlo y reclamar a su pareja.
No quiere que su ciclo de calor sea incómodo y a la vista de todos.
-No quiero que vayas solo, ¿Y si algún idiota se te acerca mientras no estoy?, ¿Qué tal si el chófer actúa como un imbécil y te hace algo?
-Ijichi es un beta, lo sabes, es muy educado y no me hará nada. Tampoco voy a tardar.
Ese lenguaje que no suele utilizar solo le indica que el primero en entregarse a su instinto será el albino.
Siente como se aferra más a su cuerpo en un abrazo fuerte, el jadeo por el repentino movimiento lo hace tapar su boca. Necesita contenerse con su pequeño abajo y esperar que el celo llegue por si solo.
Lo toma del mentón para girar su rostro, dejando un beso fugaz en sus labios antes de dejarlo ir primero o va a descontrolarse en ese momento.
Bajan a la planta baja cuando todo está arreglado, incluyendo sus ropas y sus expresiones, pueden ver a su cachorro que sigue entretenido en sus crayones, aquellos que el tío Sukuna se encargo de comprarle.
Haruki intenta explicarle a su madre que es lo que está dibujando una vez que llegan hasta donde está. Los colores rosados y azules se mezclan de forma curiosa, el verde parece ser un poco de pasto y la gran mancha amarilla es el sol.
Es otra obra de arte que va a pasar por el refrigerador para después ser guardado al haber dibujado algo más.
-Yo, mamá y papá.
Dice, señalando las extrañas combinaciones de los colores. El dorado se ha mezclado con el rosado y el blanco con el azul, el pequeño rayón de en medio combina todos creando algo más oscuro. Apenas logran identificar el círculo que intento hacer y como los cuerpos son diferentes en tamaño, aunque todo eso está debajo del color, provocando que solo miren las líneas disparejas de su coloreado.
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Alfa en alquiler »Goyuu
FantasiYuuji es un joven Omega que busca tener un cachorro cueste lo que cueste. Satoru, un alfa dominante que pasa sus días en un trabajo de mala paga. Un día, un anuncio extraño llama su atención, curioso por la cantidad que dictaba en el decide probar...